fiosofia

Cuando nos comenzamos a despertar cada mañana viendo como todo a nuestro rededor (excepto alguna obstinada voluntad humana) está buscando la vida.
Cuando nosotros mismos no podemos resistirnos a la energía pasional que, desde las profundidades, nos impulsa. Impulso que nos devuelve a la vida y nos llena de alegría.
Cuando la vida es más vida que nunca… LA PRIMAVERA NOS ENVUELVE NUEVAMENTESólo una pregunta: ¿Se dieron cuenta de que hay muchos a los que no sólo los impulsa esta energía pasional, sino que llega a gobernarlos?
La naturaleza esta, en un su mayor parte, gobernada por ésta energía. En la mayoría de los casos de la naturaleza porque: pareciera que los humanos –o al menos algunos de ellos–, son capaces de aprovechar la fuerza que en ellos es depositada confiriéndoleslibremente el sentido.
Es claro que estamos condicionados por determinados constitutivos físicos, biológicos, culturales, socio-históricos, psicológicos, económicos y cuantos et cetera más que constituyen lo que hasta aquí y ahora –en está permanente primavera que nos hace rebrotar–, somos. Pero, y en esto está la clave de las próximas página, estoy convencido de que somos nosotros los que conferimosel sentido a nuestras propias existencias con cada opción que realizamos.
Recuerdan los vectores de la física: un vector se compone de dirección (que es el segmento que representa al vector en sí mismo), módulo (que lo deja circunscrito en un determinado espacio-tiempo), fuerza (representada por el tamaño del vector) y sentido (que indica a donde se dirige la fuerza contenida en ese espacio-tiempoconcretos).
Me gusta leer a Frankl, cuando dice: “La búsqueda por parte del hombre del sentido de la vida constituye una fuerza primaria…” como diciendo que:
NOTROS LE DAMOS SENTIDO A LA PERMANENTE PRIMAVERA QUE NOS IMPULSA
1. La libertad:
Si hay un interrogante que debemos tener resuelto antes de cualquier otra consideración en este tema de lo ético, es el de si somos libres o no. Y estopor la sencilla razón de que, si no poseemos libertad, no podemos ser considerados sujetos morales en tanto que no se nos puede atribuir la autoría de los actos que producimos. Ese es el recurso comúnmente empleado al decir que algo “es más fuerte que nosotros” en la determinación de determinados actos humanos1.
Reformulando la pregunta inicial de cualquier desarrollo ético, podríamos plantearlaasí: ¿Consideramos que –en alguna medida– somos responsables de nuestros actos, en tanto que optamos por una acción en detrimento de otras, auto-determinándonos –y condicionando nuestro entorno– en cada elección? O, por el contrario: ¿Consideramos que estamos determinados –por fuerzas que no conocemos aún claramente– a elegir un curso de acción y no los otros que percibimos como posibles?Evidentemente debemos plantearnos previamente la cuestión de ¿a qué nos referimos al preguntar si somos libres? ¿Qué es aquello a lo que llamamos libertad?
Como sucede con cada cuestión en filosofía, no es vano tratar de lograr cierta claridad sobre los valores semántico y pragmático del término empleado. Quiero decir que debemos considerar que el término en cuestión es bastante ambiguo y se sueleentender de tantas formas diferentes como maneras de concebir la responsabilidad por los propios actos, por eso es que debemos detenernos en ello.
Empleando un recurso común en filosofía, voy a plantear las posiciones extremas en la definición de que se entiende por libertad, que podríamos denominar por exceso y por defecto. En tanto ha sido entendida desde como mera “conciencia de la necesidad”2de lo determinadamente existente, en la concepción marxista; hasta como la posibilidad de anticipar cualquier conciencia posible en tanto generadora de la esencialidad misma, en la postulación sartreana.
Recorreré estros extremos para arribar a los límites con que he de referirme al emplear este término en mis consideraciones posteriores. Veamos:
1.1. La concepción omnipotente:
Me parece que...