Fito Paez
Hay palabras muy comunes, que aparecen con frecuencia y naturalidad en el lenguaje, pero queguardan en su interior un punto de acidez que en determinadas ocasiones puede convertirlas en especialmente desacertadas. Por ejemplo, muerte. Cuántas veces la nombramos a ella y sus derivadas en unaconversación sin que sea más que un vocablo como otro cualquiera y de fácil entendimiento.
Mas esto es así sólo cuando la presencia de la muerte, por decirlo de alguna manera, no se encuentra,amenazante, entre los que hablan. En otro caso, la palabra se obvia o se esconde o se disimula con alguno de los subterfugios que, caritativo, nos presta el lenguaje. Claro que quien está en esa situaciónentiende demasiado a menudo lo que se pretende ocultar, pero pronunciar muerte nos desgarra la garganta y nos estraga el ánimo y por eso quizá la artimaña sirva más para nuestro propio sosiego que parael ajeno.
Hay palabras muy comunes, que aparecen con frecuencia y naturalidad en el lenguaje, pero que guardan en su interior un punto de acidez que en determinadas ocasiones puede convertirlas en...
Regístrate para leer el documento completo.