Five Year Of Rain
He vuelto al mismo punto sin darme cuenta. Todo comenzó con un oficial de la Agencia de Fronteras e Inmigración ejerciendo su limitado poder en el aeropuerto de Heathrow deLondres, y termina con otro oficial ejerciéndolo también en el cuartel general de la Agencia en Lunar House, Croydon, un pequeño municipio al sur de Londres. Desde mi llegada de Sudáfrica, me he dejadollevar lenta e inconscientemente a mi establecimiento en el Reino Unido.
Inconsciente porque si admitiera este hecho, tendría que haber lamentado la pérdida de la Sudáfrica que estaba dejando atrás. Sino lo digo, no sucede.
Ese primer oficial en Heathrow, asiático como yo, ojeó mi pasaporte silenciosamente, tomando notas mentales para que yo me equivoque, y contó mis múltiples viajes a Canadá.Teniendo en cuenta mi cultura asiática, preguntó: “¿algún familiar en Canadá?”
Asentí en silencio, queriendo hacer el menor ruido posible, para evitar decir algo mal, en el tono inadecuado, a lavelocidad incorrecta, algo inoportuno; así mi permiso de trabajo fuera totalmente legítimo.
Luego el oficial notó que estaba sola, soltera, que era asiática y agregó: “¿Por qué venir al Reino Unido sola,cuando podría vivir con su familia en Canadá?”. Me preguntaba qué respuesta quería, y le respondí con un simple “porque hace mucho frío”.
Me selló el pasaporte, y dijo: “Bueno, tiene cinco años depermiso de trabajo. Eso es mucho tiempo que aguantar. ¿Cree que podrá soportarlo?”. Me encogí de hombros y pensé ¿Realmente quería esto?. Honestamente, no tenía ni la menor idea en ese entonces. Siemprehe sido curiosa, ¿Será que esta era simplemente otra de mis fugaces aventuras?
Le había prometido a todos aquellos quienes me importaban que volvería a Sudáfrica, si no para quedarme, al menos paravisitarlos. Pero el estar lejos alivia la culpa de haberlos dejado, y me permite hacer espacio tranquilamente para experimentar cosas nuevas. Había roto mis promesas y soporté cinco largos años de...
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