Flotando en el aire.
Angela Devine
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Flotando en el aire (1996)
Historias para el Día de los Enamorados
Título Original: Floating on air (1993)
Editorial: Harlequín Ibérica
Sello / Colección: Internacional 121
Género: Contemporáneo
Protagonistas: Niall Morgan y Sara Marlowe
Argumento:
Sarah nunca hubiera imaginado que un hombre devastadoramente atractivo le propusieramatrimonio, sobre todo cuando ese hombre no tenía intención de casarse con ella. Pero ahora…
Capítulo Uno
—¡Oh, vaya! El típico tiempo de Tasmania —se quejó Sarah Marlowe mientras detenía su mini furgoneta en la calle donde vivía.
Aunque era noviembre y se suponía que estaban a finales de la primavera, el sol brillante de la mañana desaparecía rápidamente tras un frente helado denubes negras y amenazadoras. El viento bajaba racheado por las laderas del Monte Wellington haciendo que los macizos de peonías y margaritas se agitaran como olas de tormenta en los jardines que bordeaban la calle. Mientras aparcaba el vehículo, las primeras gotas de agua comenzaron a caer. Corrió a la parte trasera, sacó una caja grande y con ella en brazos fue a la casa. Un momento después abríauna puerta en la que había un cartel pintado con letras brillantes: Volando alto. Globos para todas las ocasiones. Resopló, dejó la caja llena de globos y se sacudió la lluvia de sus cabellos rizados y pelirrojos.
—Está empezando a diluviar, Howard. Menos mal que la fiesta de esta tarde se celebra dentro de la casa y no en un parque.
Su prometido salió a recibirla. Habíanhabilitado la primera habitación de la casa para hacer sitio al negocio de Sarah. El único vestigio del salón original era la chimenea con su repisa de cedro tallado. El viejo papel a rayas había desaparecido sustituido por fotografías murales que exhibían sus diseños. La mayoría de ellas incluían instantáneas de Howard a mayor tamaño que el natural. Había fotos de él cantando con un micrófono bajo untecho de globos escarlata y malva, de Howard ayudando a un niño pequeño a apagar las velas de una tarta en una mesa decorada con globos, de Howard y su compañera de música, Charlene Page, vestidos sólo con globos rojos, inaugurando una bodega. A Sarah siempre le había parecido un poco vulgar aquella foto, pero cada vez que se lo decía, Howard le sonreía con malicia y la acusaba de ser una pequeñapuritana sexy.
Ahora también sonreía. Aquella lenta y deslumbrante sonrisa que provocaba arrugas en su cara y mostraba una dentadura que una vez había sido la estrella de un anuncio de dentífrico. La sonrisa que siempre le había parecido completamente irresistible. Sin embargo, por algún motivo que no acertó a explicarse, en aquel momento sólo le produjo una profunda sensación de que algoestaba a punto de suceder.
—¿Qué pasa? —preguntó ella—. ¿Ocurre algo malo?
Los ojos verdes de Howard se encendieron con una chispa burlona. Se pasó la mano por el pelo rubio que le caía sobre la frente y le dedicó el guiño pícaro que siempre volvía locas a las adolescentes en sus conciertos.
—¿Malo? No, no es nada grave. Sólo que mucho me temo que no podré ir mañana a lafiesta de tu abuela.
—¿Cómo? —dijo ella desilusionada—. ¡Howard, me lo prometiste!
Howard se encogió de hombros con indiferencia y sin gracia.
—Lo siento, tengo trabajo.
—¿Otra vez? —preguntó Sarah incrédula—. ¡Es extraño! Cada vez que planeamos ir a Swansea a ver a mi familia tienes un maldito concierto. Ya van dos veces que he tenido que llamar a mi madre paraavisar que no íbamos y este fin de semana son las bodas de oro de la abuela. ¡Estoy harta! ¿Por qué no puede el manager darte el fin de semana libre? Después de todo, avisamos con tiempo de sobra.
—Lo sé, cariño —murmuró Howard melosamente—. Créeme, estoy tan enfadado como tú. Pero Alan dice que no queda más remedio. Tal como está redactado mi contrato con el hotel, pueden hacerme...
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