Formación continua
Para hacer transparente y significativa la ternura de Dios Padre
(03.07.2010)
“Ser Hijas de la Caridad, es ser hijas de Dios, hijas que pertenecen por entero a Dios, pues el que está en la caridad está en Dios, y Dios en él”. ( SVP, IX, 33).
“Hermanas mías, sean santas. Ardan con el amor de Dios. La santidad no es sólo ser piadosas, no es sólo ser una trabajadoraeficaz. Es estar 'poseídos por Dios'. La mujer auténticamente santa irradia la presencia de Dios. La gente palpa a Dios en ella... La mujer auténticamente santa ve con ojos distintos, porque Dios ha tomado posesión de sus ojos. Ama con un amor distinto, porque Dios, que sabe cómo combinar justicia y misericordia, ha tomado posesión de su corazón. La mujer santa escucha las voces más profundas de larealidad..., porque Dios le ha dado una nueva capacidad de escucha...”. (P. Robert P. Maloney a las Hijas de la Caridad, 1997).
Ciertamente, la realidad del Misterio de Dios nos sobrepasa, pero, aunque sea a tientas, vamos a meditar en torno a la única verdad que sustenta y habita nuestra existencia: que la iniciativa es sólo y exclusivamente de Dios y que la clave de nuestra entrega renovada aÉl de nuestra andadura vocacional está en que Dios nos amó primero (1 Jn 4, 7-10). Sin este convencimiento no podremos entender nada, ni el seguimiento a Cristo, ni el servicio a los pobres, ni la vida fraterna en comunidad, ni siquiera las posibilidades de nuestro yo personal.
I.- PUNTO DE PARTIDA: REINVINDICAR EL VERDADERO ROSTRO DE DIOS
A veces, he tenido la impresión de que algunasHermanas, cuando examinan con sinceridad su entrega total a Dios y su consecuente transparencia de la ternura del Padre en el servicio a los pobres, encuentran muchas lagunas y no pocas deficiencias. Evidentemente, la primera causa habrá que achacarla a la fragilidad humana y a nuestra condición de peregrinos limitados.
Pero también es oportuno poner el acento en unas cuantas preguntas elementales:¿En qué Dios creemos? ¿A qué Dios nos entregamos? ¿Cuál es nuestra imagen de Dios? De la respuesta que demos a estas preguntas, dependerá la calidad de nuestra entrega y la significatividad de nuestra misión.
No cabe duda de que al reconocer el barro del que estamos hechos, nos damos cuenta de que, en nuestra historia personal y vocacional, se han podido introducir imágenes de Dios que nadatienen que ver con el Dios vivo y verdadero. Ya el Concilio Vaticano II, al hablar de las causas que fomentan el ateísmo y el agnosticismo en el mundo, subraya las falsificaciones y las deformaciones sobre Dios que los cristianos hemos podido vivir y transmitir (GS, 19). Alguien ha dicho que creer en un dios falso es más lamentable que ser ateo. Lo que nos ocurre, con frecuencia, es que casi siempremiramos a los de enfrente cuando oímos hablar de ateísmo, de agnosticismo o de idolatría. Pero pocas veces nos atrevemos a hacer un discernimiento serio para verificar si nuestra vivencia de Dios refleja la imagen del Dios que nos reveló Jesucristo o si, por el contrario, corresponde a un dios (con minúscula, desde luego) fabricado a nuestra medida y según nuestros deseos más interesados.
1. -Falsas imágenes sobre Dios
Siempre es malo y arriesgado generalizar. Pero podemos hacer una larga lista de imágenes falsas de Dios que, consciente o inconscientemente, podemos estar viviendo, fruto del ambiente, de la cultura, de la educación recibida, de la fe más o menos deformada, de una religión triste y sectaria, de una conciencia anclada en la estrechez enfermiza o en la laxitudirresponsables. N o quiere decir que estas posibles imágenes se den totalmente y en estado químicamente puro en cada uno de nosotros, pero cualquier fleco de alguna de ellas estará "velando el genuino rostro de Dios" en nosotros y en los que nos rodean.
* Podemos tener la imagen de un juez severo, implacable, intratable, siempre dispuesto a la cólera y al ceño fruncido, siempre listo para castigar y...
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