FORMAR INTEGRALMENTE
Mgr. Martha Luz Pàez Cala
Docente Programa de Psicologia
Unversidad de Manizales
En líneas generales, la formación integral favorece el desarrollo armónico del ser humano en todas sus dimensiones, e igualmente se compromete como aporte a la construcción de sociedad. Actualmente la formación académica, tanto de posgrado como en las diversas modalidades de pregrado, formaciónbásica primaria, secundaria y universitaria, debe dar paso a este componente integrador formativo con los educandos.
Y ello desde la ley 30 de Diciembre 28 de 1992, mediante la cual se regula la formación universitaria; en su artículo 1º. Establece que la Educación Superior “posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral”.
Como resultado de una exploraciónacerca de la pertinencia de tener una mirada amplia en los procesos formativos, Castaño y Páez (2015) destacan lo relevante que se torna, en el contexto mundial, que los centros educativos construyan en sus currículos de formación que se incluya, además del tradicional énfasis académico y cognitivo, procesos que ponderen los componentes emocionales e interaccionales. Es decir, ello abarcaríacentrarse no solo en los aspectos relacionados con el rendimiento académico, para incorporar el ajuste psicológico, en términos de lo que se concibe como inteligencia Emocional, y, en la educación superior, enfatizar el desempeño laboral.
En este sentido, Gustavo López Ospina (2004) destaca el reto de plantear “Un nuevo proyecto humano desde la universidad”. Esto incluye un análisis prospectivo acercade cómo se da el tránsito hacia una nueva civilización, en un contexto en el cual occidente se ha movilizado de las guerras mundiales por la expansión territorial, a las guerras entre ideales, ideologías, géneros, religiones, civilizaciones, culturas, etc. Este contexto genera un temor al futuro que demanda tolerancia, pluralidad, y el dialogo cultural y social.
Es decir, una formación que secuestione en torno a las relaciones entre la educación y la cultura o culturas. Que enfatice la capacidad analítica, argumentativa y crítica, al igual que la sensibilidad, la ética, la estética y la pluralidad. Ello implica centrarse en el ser humano, desde sus diversas dimensiones, a la vez que en la interacción consigo mismo y con los otros, con el entorno, con la historia, con el presente y conuna postura proactiva, responsable, acerca del futuro propio de la humanidad.
Si bien se requiere construir procesos identitarios, que conjuguen lo ancestral, lo local y tradicional de las identidades individuales y colectivas, desde una perspectiva de complejidad étnica, de género, de identidad sexual y religiosa, entre otros aspectos; el panorama debe dar cabida, en términos de García Canclini,tanto al hijo de la aldea como al ciudadano del mundo. Ello implica una mirada incluyente acerca de los migrantes y quienes forzosamente han tenido que abandonar su terruño, a nivel local, regional y mundial. Igualmente desde una perspectiva ética, estética, valorativa, de respeto por el otro y por la diferencia.
En este sentido es importante recordar los planteamientos de Edgar Morin (1999), enrelación con los saberes que requiere la educación del futuro. Entre estos siete saberes Morin plantea la importancia de una educación que “cure la ceguera del conocimiento”, de manera que garantice un conocimiento pertinente. Una educación que forme en la condición humana, con identidad terrenal; es decir en el contexto cultural, global y universal.; la identidad terrenal a la que aludeposibilitaría afrontar la incertidumbre. Una educación que enseñe la comprensión y la ética del género humano, es decir la ciudadanía como eje interaccional entre las personas. Como dice Rodolfo Llinás: “la escuela enseña la ubicación de los ríos, pero jamás explica la importancia del agua. Somos un baúl repleto de contenidos, pero vacío de contexto. De ahí nuestra dificultad para aplicar el...
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