Fotografía como documento social
Iván Castiblanco Ramírez1 Desde su invención la fotografía históricamente ha estado en medio de permanentes discusiones teóricas y estéticas, que van desde la puesta en juicio de su veracidad, su valor artístico y social hasta su uso científico. Y es que “fotografía” es un término polisémico que es usado cotidianamente para nombrar diferentes usos, prácticas y significaciones: para los artistas puede ser una creativa herramienta estética, para los comunicadores un mensaje, para los cientistas sociales un objeto de estudio, para los científicos una prueba de la realidad observable, para los publicistas una imagen impactante, y para el ciudadano de a píe un recuerdo de épocas pasadas. Se podría afirmar que cada disciplina, cada profesión, cada ciencia, cada sujeto tiene su propia definición y uso de fotografía. Sin embargo, esto no representa para nada un problema ya que precisamente la apuesta sobre la cual se basa este texto es que la fotografía mas allá de ser una técnica, un arte, una práctica o una ciencia, es un medio y a la vez una mediación entre los sujetos, los fines con los cuales producen las fotos, los objetos o conceptos representados en las mismas y la sociedad que las percibe usando para su interpretación el entramado de significados de la cultura, es decir, más que intentar definir qué es fotografía, de lo que se trata es de comprender “los usos sociales de la fotografía”.
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Diseñador Gráfico de la Universidad Nacional de Colombia, Magíster en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional, Director Editorial del Colectivo de Fotografía Documental OctoActo (www.octoacto.org). Ha desarrollado proyectos de investigación relacionados con el uso de la fotografía en procesos de educación especial yactualmente cursa el Doctorado en Ciencias Sociales de FLACSO – Argentina.
Para posibilitar una mejor reflexión acerca de lo anterior es posible hablar de tres niveles de la fotografía: 1. El resultado de un proceso físico−químico ó físico−electrónico, por medio del cual se expone una superficie fotosensible (el acetato del negativo, el papel fotográfico o el sensor digital) ante la luz blanca, su posterior revelado, digitalización, ampliado, ampliación y/o reproducción, a lo que denominaré “una fotografía”. En este punto es necesario enfatizar que este proceso es puramente técnico y por la tanto la función del sujeto se limita a ser un operador. 2.La práctica de un sujeto que manipula la cámara, lo que implica “un acto fotográfico”, entendiéndolo como el conjunto de acciones e interacciones llevadas a cabo mientras el sujeto toma “una fotografía”, y dentro del cual se encuentra: a) la simple acción de tomar la cámara con las manos, b) el proceso de dirigir la mirada y/o la cámara hacia un punto de atención, c) los movimientos, gestos, sonidos, y otras acciones para encuadrar la imagen deseada y, d) el momento definitivo en el cual se acciona el obturador de la cámara para congelar la imagen. A este acto− práctica la llamaré “la fotografía” y en él el sujeto y su subjetividad juegan un papel determinante, ya que todo acto fotográfico lleva consigo una determinada intención. Se produce, entonces, una relación sujeto−objeto en la que aparece una especie de simbionte2, un “sujeto/cámara”. 3.Un campo de significación cultural en el que se encuentra “una fotografía” (imagen), “la fotografía” (acto y práctica) y los procesos de significación−interpretación de los códigos propios de la imagen fotográfica (que no son los mismos códigos del lenguaje verbal o del texto). En este campo se presenta un intercambio de ...
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