Fotografo
decisivo y una nota.
Henri Cartier-Bresson
Fotografiar del natural
Desde sus orígenes la fotografía no ha cambiado salvo en sus aspectos
técnicos, lo que, en mi opinión, no tiene mayor importancia.
La fotografía parece una actividad fácil; es una operación diversa y
ambigua en la que el único denominador común entre los que la practican es
laherramienta que se usa. Lo que sale de esa cámara no es ajeno a la
economía de un mundo de despilfarro, donde las tensiones son cada vez más
intensas y donde las consecuencias ecológicas son ya desmesuradas.
Fotografiar es retener la respiración cuando todas nuestras facultades se
conjugan ante la realidad huidiza; es entonces cuando la captación de la
imagen supone una gran alegría física eintelectual.
Fotografiar, es poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo punto de
mira.
En lo que a mí respecta, fotografiar es una manera de comprender que no
puede separarse de los otros medios de expresión visual. Es un modo de
gritar, de liberarse, no de probar ni de afirmar la propia originalidad. Es una
manera de vivir.
La fotografía “fabricada” o puesta en escena no me interesa. Y sila valoro
en algún sentido, no puede ser más que a partir de un punto de vista
psicológico o sociológico. Están los que hacen fotografías previamente
amañadas y los que van a la búsqueda de la imagen y la capturan. El aparato
fotográfico es para mí como un cuaderno de esbozos, el instrumento de la
intuición y de la espontaneidad, el dueño del instante que, en términos
visuales, cuestiona ydecide a la vez. Para “significar” el mundo, hay que
sentirse implicado con lo que el visor destaca. Esta actitud exige
concentración, disciplina del espíritu, sensibilidad y sentido de la geometría.
La simplicidad de la expresión se consigue mediante una gran economía de
medios. Hay que fotografiar siempre partiendo de un gran respeto por el tema
y por uno mismo.
La anarquía es una ética.El budismo no es ni una religión ni una filosofía sino un medio que consiste
en dominar el espíritu con el fin de acceder a la armonía y, por compasión,
ofrecérsela a los demás.
1976
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El instante decisivo
“No hay nada en este mundo que no tenga un momento decisivo”
Cardenal de Retz
Siempre he sentido pasión por la pintura. Cuando niño, pintaba los jueves y
los domingos, y losotros días soñaba con pintar. Tenía una cámara Brownie
como muchos niños pero sólo la utilizaba de vez en cuando para llenar
pequeños álbumes con mis recuerdos de vacaciones. Hasta mucho más tarde
no empecé a aprender a mirar a través del aparato; mi pequeño mundo se
ensanchaba y las fotografías de vacaciones contribuyeron a ese fin.
También estaba el cine, Los misterios de Nueva York, conPearl White, las
grandes películas de Griffith, Lirios rotos, los primeros filmes de Stroheim,
Avaricia, los de Eisenstein, El acorazado Potemkin, luego la Juana de Arco, de
Dreyer; me enseñaron a ver. Más tarde, conocí a unos fotógrafos que tenían
pruebas de Atget; me impresionaron mucho. Entonces fue cuando me compré
un trípode, un velo negro, un aparato de 9 x 12 de nogal encerado, equipadocon un tapón de objetivo que hacía las veces de obturador; esto me permitía
enfrentarme únicamente a lo que no se movía. Los otros temas eran
demasiado complicados o me parecían demasiado amateurs; de esta manera
yo creía estar dedicándome al “Arte”. Revelaba y positivaba yo mismo los
negativos en una cubeta y ese bricolage me divertía. Apenas me daba cuenta
de cuando los papeles estabandemasiado contrastados o, por el contrario,
atenuados; pero, lo cierto es que no me preocupaba en absoluto, aunque
montaba en cólera cuando las imágenes no salían.
En 1931, con veintidós años, me marché a África. En Costa de Marfil me
compré una cámara, pero hasta la vuelta, al cabo de un año, no me di cuenta
de que estaba llena de moho; todas las fotos salieron sobreimpresionadas con
helechos...
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