Foucault - Historia De La Sexualidad - Resumen Completo
La voluntad del saber
1. Nosotros, los victorianos
Hipótesis represiva: Con la burguesía victoriana del Siglo XIX, la sexualidad es cuidadosamente encerrada. A partir de la edad clásica, la represión ha sido el modo fundamental de relación entre poder, saber y sexualidad. La idea del sexo reprimido no es sólo una cuestión de teoría. La afirmación deuna sexualidad que nunca habría sido sometida con tanto rigor como en la edad de la hipócrita burguesía va aparejada al énfasis de un discurso destinado a decir la verdad sobre el sexo, a modificar su economía en lo real, a subvertir la ley que lo rige, a cambiar su porvenir. El enunciado de la opresión y la forma de la predicación se remiten el uno a la otra; recíprocamente se refuerzan.
Lasdudas que quisiera oponer a la hipótesis represiva se proponen menos mostrar que ésta es falsa, que inscribirla en una economía general de los discursos sobre el sexo en el interior de las sociedades modernas a partir del siglo XVII. Se trata de determinar, en su funcionamiento y razones de ser, el régimen de poder-saber-placer que sostiene en nosotros el discurso sobre la sexualidad humana. Elpunto esencial no es saber si al sexo se le dice sí o no, si se formulan prohibiciones o autorizaciones; el punto esencial es tomar en consideración el hecho de que se habla de él, quiénes lo hacen, los lugares y puntos de vista desde donde se habla, las instituciones que a tal cosa incitan, en una palabra, el “hecho discursivo” global, la “puesta en discurso” del sexo. De ahí también que el puntoimportante será saber en qué formas, a través de qué canales, deslizándose a lo largo de qué discursos llega el poder hasta las conductas más tenues y más individuales, qué caminos le permiten alcanzar las formas infrecuentes o apenas perceptibles del deseo, cómo infiltra y controla el placer cotidiano –todo ello con efectos que pueden ser de rechazo, de bloqueo, de descalificación, pero también deincitación, de intensificación, en suma: las “técnicas polimorfas del poder”-. De ahí, por último, que el punto importante no será tanto determinar si esas producciones discursivas y esos efectos de poder conducen a formular la verdad del sexo o, por el contrario, mentiras destinadas a ocultarla, cuanto delimitar y aprehender la “voluntad de saber” que al mismo tiempo les sirve de soporte y deinstrumento.
Todos esos elementos negativos –prohibiciones, rechazos, censuras, denegaciones- que la hipótesis represiva reagrupa en un gran mecanismo central destinado a decir no, sólo son piezas que tienen un papel local y tácito que desempeñar en una puesta en discurso, en una técnica de poder, en una voluntad de saber que están lejos de reducirse a dichos elementos.
Desearía buscar lasinstancias de producción discursiva (que ciertamente también manejan silencios), de producción de poder (cuya función es a veces prohibir), de las producciones de saber: hacer la historia de esas instancias y sus transformaciones.
Desde fines del siglo XVI la “puesta en discurso” del sexo, lejos de sufrir un proceso de restricción, ha estado por el contrario sometida a un mecanismo de incitacióncreciente; las técnicas de poder ejercidas sobre el sexo no han obedecido a un principio de selección rigurosa, en cambio, de diseminación e implantación de sexualidades polimorfas, y la voluntad de saber se ha encarnizado en constituir una ciencia de la sexualidad.
2. La hipótesis represiva
La incitación a los discursos
El siglo XVII sería el comienzo de una edad de represión, propia delas sociedades burguesas. Pero si consideramos los últimos tres siglos en sus continuas transformaciones, las cosas aparecen muy diferentes: una verdadera explosión discursiva en torno y a propósito del sexo. Sin duda, nuevas reglas de decencia filtraron las palabras: policía de los enunciados. Control, también, de las enunciaciones: se ha definido de manera mucho más estricta dónde y cuándo no...
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