FoucaultMichel LosEspaciosOtros
Páginas: 18 (4291 palabras)
Publicado: 14 de abril de 2015
Los Espacios Otros
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Michel Foucault
Una reflexión sobre espacios donde las funciones y las percepciones se desvían
en relación con los lugares comunes donde la vida humana se desarrolla
Nadie ignora que la gran obsesión del siglo xix, su idea fija, fue la historia: ya como desarrollo y fin, crisis y
ciclo, acumulación del pasado, sobrecarga de muertos o enfriamiento amenazante del mundo. El siglo xix
encontró en el segundo principio de la termodinámica el grueso de sus recursos mitológicos. Nuestra época
sería más bien la época del espacio. Vivimos en el tiempo de la simultaneidad, de la yuxtaposición, de la
proximidad y la distancia, de la contigüidad, de la dispersión. Vivimos en un tiempo en que el mundo se
experimenta menos como vida que se desarrolla a través del tiempo que como una red que comunica
puntos y enreda su malla. Podría decirse acaso que las disputas ideológicas que animan las polémicas
actuales se verifican entre los descendientes devotos del tiempo y los empedernidos habitantes del
espacio. El estructuralismo, o al menos lo que se agrupa bajo esa rúbrica un tanto genérica, consiste en el
esfuerzo para establecer, entre elementos que a lo largo del tiempo han podido estar desperdigados, un
conjunto de relaciones que los haga aparecer como una especie de configuración; y con esto no se trata
tanto de negar el tiempo, no; es un modo determinado de abordar lo que se denomina tiempo y lo que se
denomina historia.
No podemos dejar de señalar no obstante que el espacio que se nos descubre hoy en el horizonte de
nuestras inquietudes, teorías, sistemas no es una innovación; el espacio, en la experiencia occidental, tiene
una historia, y no cabe ignorar por más tiempo este fatal entrecruzamiento del tiempo con el espacio. Para bosquejar aunque sea burdamente esta historia del espacio podríamos decir que en la Edad Media era un
conjunto jerarquizado de lugares: lugares sagrados y profanos, lugares resguardados y lugares, por el
contrario, abiertos, sin defensa, lugares urbanos y lugares rurales (dispuestos para la vida efectiva de los
humanos); la teoría cosmológica distinguía entre lugares supracelestes, en oposición a los celestes; y
lugares celestes opuestos a su vez a los terrestres; había lugares en los que los objetos se encontraban
situados porque habían sido desplazados a pura fuerza, y luego lugares, por el contrario, en que los objetos
encontraban su emplazamiento y su sitio naturales. Toda esta jerarquía, esta oposición, esta superposición de lugares constituía lo que cabría llamar groseramente el espacio medieval, un espacio de localización.
La apertura de este espacio de localización vino de la mano de Galileo, pues el verdadero escándalo de la
obra de Galileo no fue tanto el haber descubierto, el haber redescubierto, más bien, que la Tierra giraba
alrededor del Sol, sino el haber erigido un espacio infinito, e infinitamente abierto. de tal modo que el
espacio de la Edad Media se encontraba de algún modo como disuelto, el lugar de una cosa no era sino un
punto en su movimiento, tanto como el repose de una cosa no era sino un movimiento indefinidamente ralentizado. En otras palabras, desde Galileo, desde el siglo xviii, la extensión sustituye a la localización.
Espacio de ubicación
En la actualidad, la ubicación ha sustituido a la extensión, que a su vez sustituyó a la localización. La
ubicación se define por las relaciones de vecindad entre puntos o elementos; formalmente, puede
describirse como series, árboles, cuadrículas.
Por otro lado, es conocida la importancia de los ...
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