Fouche el genio tenebroso
Trabajador incansable, maestro enel bajo arte del disimulo y ducho en el doble o el triple juego, su apariencia de desapasionado burócrata y su preferencia por actuar tras bastidores ocultan, en concepto de Stefan Zweig, a uno de losverdaderos árbitros de su época. Fouché hizo méritos para granjearse los peores epítetos de contemporáneos e historiadores («traidor», «intrigante», «hombre de naturaleza escurridiza de reptil»,«abyecto», «amoral», etc.). Zweig, autor de la vivaz biografía que reseño (publicada originalmente en 1929), lo caracteriza como «el más excepcional de los hombres políticos». En él calibra no sólo altraidor, oportunista e inescrupuloso político que indudablemente fue sino también un enigma psicológico, un caso de complejidad espiritual y moral a la altura de sus finas dotes de observador. Traza puesel autor una intensa semblanza de quien pudo no sólo salir bien parado sino victorioso de los duelos que sostuvo con personalidades como Robespierre y Napoleón (de quien fue «el más antiguo de susministros y el más fiel de sus enemigos»).
Fouché no fue el único a quien la Revolución sacó del anonimato, ciertamente, ni el último en beneficiarse del desorden de la época. Pero sí que fue uno...
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