Frédéric Chopin
En 1831, Chopin escribió que la motivación de componer era su "tal vez audaz pero noble deseo de crear un nuevo mundo para mí mismo". Su música confirma sus intenciones: a veces poética, otrasorgullosa, siempre elegante y a menudo plena de heroísmo, en verdad constituye un mundo en sí misma y no se parece a la obra de ningún otro compositor. Robert Schumann la definió como cañones sepultadosentre flores. Precisamente Schumann fue un fiel seguidor y un audaz crítico del compositor polaco, teniendo el acierto de descubrirle en un famoso artículo (publicado el 7 de diciembre en la revistaAlgemeine Musikalische Zeitung) que incluye la famosa cita ‘¡Quítense el sombrero, señores, he aquí un genio!’.
A menudo, las obras surgían en la mente (y en los dedos) del maestro con rapidez; sinembargo, a posteriori solía emplear mucho tiempo en la transcripción y redacción definitiva de estas.
Una parte muy representativa de sus obras, como sus Polonesas, (incluyendo el Andante spianato yGran Polonesa Brillante Op. 22; la Polonesa en La bemol Op. 53 y la Polonesa-Fantasía Op. 61), así como las Mazurcas (como por ejemplo, las Op. 24) son el resultado de una innovadora fusión entre elfolclore polaco, la influencia de melodías militares, patrióticas o nacionalistas, el bel canto, y la música de la propia corriente romántica.
El lenguaje armónico de Chopin es absolutamenteoriginal, pleno de complejas armonías cromáticas; también emplea recursos más "exóticos", como los bordones de quinta de las danzas folclóricas y las escalas modales tradicionales de su país. Las...
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