Fracmento de celestina
Escena V
Están CELESTINA y PÁRMENO solos en la habitación de CALISTO.
PÁRMENO.- (Refunfuñando.) ¡Flaca puta vieja!
CELESTINA.- (Enfrentándolo.) ¡Putos días vivas, bellaquillo!¿Cómo te atreves?
PÁRMENO.- Porque te conozco.
CELESTINA.- ¿Quién eres tú?
PÁRMENO.- El hijo de Alberto, tu compadre. Estuve contigo cuando morabas en la cuesta del río, junto a las tenerías.CELESTINA.- ¿Tú eres Pármeno, el hijo de Claudina?
PÁRMENO.- ¡Sí!
CELESTINA.- ¡Pues mal fuego te queme, que tan puta vieja era tu madre como yo! Acércate a mí, ven acá, que mil azotes te di eneste mundo y otros tantos besos. Dígote, hijo Pármeno, que tu amo me parece que de todos espera mercedes sin nada a cambio. Ahora se presenta el caso de que todos nos beneficiemos y que tú te remedies.Mucho te aprovecharás siendo amigo de Sempronio.
PÁRMENO.- Tiemblo al escucharte. Téngote por madre, pero, por otra parte, Calisto es mi amo. Deseo riquezas, pero no querría bienes mal ganados.CELESTINA.- Pues yo sí. «A tuerto o a derecho, nuestra casa hasta el techo».
PÁRMENO.- Pues yo así no viviría contento, y tengo por cosa honesta la pobreza alegre.
CELESTINA.- Bien dicen que nopuede haber prudencia sino en los viejos, y tú eres todavía un mozo. Mira a Sempronio. Si estáis conformes, ambos podréis sacar mucho provecho y placer, que estáis en la edad de jugar, vestir,burlar, comer, beber y hacer negocios de amores. Sempronio ama a Elicia, prima de Areúsa.
PÁRMENO.- ¿De Areúsa, la hija de Eliso?
CELESTINA.- La misma Areúsa.
PÁRMENO.- (Enfático yembelesado.) Maravillosa cosa es.
CELESTINA.- Pues, si quieres la dicha, aquí está quien puede dártela.
PÁRMENO.- Te creo, pero no me atrevo. Perdóname, madre. La paz no se debe negar, que bienaventurados sonlos pacíficos. El amor no se debe rehuir. Perdóname. Háblame. Dame tu consejo. Manda, que a tu mandato mi consentimiento se humilla.
CELESTINA.- De los hombres es errar y de las bestias,...
Regístrate para leer el documento completo.