Fragmentación Política (1819-1821)

Fragmentación política (1819-1821)

En 1819, la Santa Fe de López es aliada e insegura y llena de reticencias, la Entre Ríos de Ramírez muestra una independencia nueva. Solo Corrientes, vigilada por las tropas guaraníes de las Misiones, mantiene entera subordinación y Protector de los Pueblos Libres.

El retorno de 1819, la política que había llevado de 1815 no era sino el prologo a underrumbe político aun más vasto, inevitable dando el poderío más reducido del aparato militar del que el gobierno disponía y también el financiamiento-en acuerdo o en oposición con el gobierno central-de fuerzas regionales que era ya demasiado tarde para enfrentar. La situación era desde luego muy diferente, la Constitución iba a ser la causa –o de paso el pretexto- de nuevos conflictos. Lo que comienzaen 1819 es una nueva y más laxa coincidencia de las distintas fuerzas que, por motivos muy variados, se decidían finalmente afrontar al gobierno central.

La disgregación del sistema directoral comenzó en Tucumán, en esta misma es en suma la élite local la que se muestra incapaz de resolver sus intimas rivalidades, y envuelve en ellas a la entera provincia; la guarnición militar, que por unmomento compartió el predominio con aquélla, ya ha dejado de existir, y no sólo como actora el proceso político. En San Juan, la guarniciona parce por un momento ha aspirar a un poder no compartido; alarma se extiende hasta muy lejos de ese rincón cuyano: junto con la estabilidad política, es la social la que aparece amenazada. El 9 de enero de 1820 el lanzamiento del primer batallón el ejércitoregular estallaba San Juan no solo contra la autoridad de teniente-gobernador de La Rosa, sus agravios contra el gobernador depuesto no tienen nada de sorprendente: la guerra ha abierto también en San Juan márgenes crecientes para la arbitrariedad. Por otra parte, los nuevos opositores afectan desconfiar de la de De la Rosa y su superior el gobernador de Cuyo, don Toribio de Luzuriaga.

En 1821 elgobernador Bustos y las figuras de la élite urbana con cuya colaboración subordinada cuenta conservan para la vida política cordobesa un estilo en que la influencia del pasado colonial y la del revolucionario son determinantes, los cambios se acumulan. Ese ascenso discreto del poderío rural durante el decenio de Bustos es por otra parte asegurado por la reducción progresiva de las fuerzasmilitares de línea. En el resto del Interior ese ascenso de un nuevo liderazgo de base rural se afirma aun más rápida y abiertamente.

Mientras los frenos puestos a la militarización urbana prueban que las nuevas organizaciones políticas no quieren rivales en su capital, necesitan fuera de ella agentes que en su nombre administren las zonas rurales. La necesidad de apoyarse en quienes ya tienen fuertepoderío local sigue siendo ineludible. Es esta la forma más sencilla de organización de las provincias, en las que la fuerza es un instrumento de las necesidades fiscales de los gobiernos provinciales. En Catamarca da lugar el surgimiento de dirigentes subreregionales, que traduce en el plano político la falta de unidad geográfica y económica de la nueva provincia; en La Rioja desemboca lahegemonía de los Llanos sobre la capital y sobre la zona subandina; en Tucumán se traduce en la rivalidad entre jefes pertenecientes a la elite urbana, pero dotados de sequito rural; la importancia que las tropas de frontera podían alcanzar en el plano local pudo advertirse en Santa Fe; en Santiago del Estero se inserta en un proceso comenzado en rigor con la revolución misma, en que rivalidades internas ala región se entrelazan y se opone a Santiago y la mas prospera Tucumán. Pero es Santiago del Estero el sector que era perjudicado por las consecuencias de la revolución, en cambio, el sector ganadero ha sido el menos perjudicado.

La comarca ganadera no tiene razones para rivalizar con Tucumán; su aparto de defensa de la frontera requiere el apoyo de una organización política que será tanto...