Fragmentacion

LA MODERNIDAD COMO EXPERIENCIA DE FRAGMENTACIÓN

GIANDOMENICO MUCCI S.J.

En HUMANITAS Nro.32


Entre quienes han estudiado el postmodernismo, David Harvey tiene el mérito de haber destacado la necesaria relación existente entre la crisis de la modernidad, la aparición de formas más flexibles de acumulación de capital y la etapa de "compresión espacio-temporal" de la organización delcapitalismo. Existe, por tanto, una interdependencia entre el dinamismo del desarrollo histórico-geográfico del capitalismo y los procesos de producción cultural que están transformando el mundo occidental desde hace algunas décadas . Es posible ver en este fenómeno la raíz de ese efecto de la modernidad que es la experiencia de lo efímero, lo mutable, la disgregación. "Ser modernos significaencontrarnos en un ambiente que nos promete aventura, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros mismos y el mundo, y al mismo tiempo amenaza destruir todo cuanto tenemos, conocemos y somos. Las experiencias y ambientes modernos superan todos los límites étnicos y geográficos, de clase y nacionalidad, de religión e ideología, y en ese sentido se puede realmente afirmar que la modernidadagrupa la totalidad del género humano. Se trata, en todo caso, de una unidad paradojal, de una unidad en la separación, que nos arroja a un torbellino de disgregación y renovación perpetuos, de conflicto y contradicción, de angustia y ambigüedad" .
Del iluminismo a la modernidad
Así, es posible medir la diferencia entre el proyecto iluminista y el proyecto de la modernidad. Los pensadoresiluministas, animados por un optimismo que en la actualidad sólo puede parecer ingenuo, estaban convencidos de la posibilidad de liberar al hombre de la pobreza, la necesidad y el capricho de las calamidades naturales mediante el control científico de la naturaleza. Y veían en el desarrollo del pensamiento racional y las formas racionales de organización social la posibilidad de liberarse de la"irracionalidad" del mito y la religión, considerada por ellos mera superstición, del uso arbitrario del poder y en definitiva de todas las fuerzas oscuras que se agitan en el fondo de la naturaleza humana. Y miraban con simpatía todo tipo de cambio como caldo de cultivo de la auspiciada desmitificación del conocimiento y la vida, del reforzamiento del vínculo a juicio de ellos existente entre el progresode las ciencias, el ejercicio de la razón y la libertad humana universal.
El siglo XX hundió este proyecto introduciendo en la historia ese pesimismo específico nacido de las experiencias de Auschwitz e Hiroshima y del persistente temor a una aniquilación nuclear total. Con posterioridad a Hitler y Stalin, Horkheimer y Adorno llegaron a preguntarse si el proyecto iluminista no se habría vueltocontra sí mismo, si el triunfalismo de la racionalidad como instrumento de emancipación y liberación no se habría transformado en una lógica de opresión y dominio. Heinrich von Kleist ya había intuido este escándalo metafísico, observando que las construcciones de la razón desencadenaron la locura destructiva y la revolución llevada a cabo en nombre de la razón iluminista produjo el Terror jacobino,y llegó a la conclusión de que la razón tal vez no representaba una forma pura de conocimiento, sino el revestimiento ideológico de la destrucción y la venganza . Se encuentran sospechas análogas en las páginas de Sade, Malthus y Burke. Hoy en día se insiste en la necesidad de abandonar la utopía iluminista, si bien no faltan quienes, como Habermas, siguen sosteniéndola, aun cuando se muestranescépticos en cuanto a sus fines . "La crisis moral de nuestra época es la crisis del pensamiento iluminista, porque si bien éste puede efectivamente haber permitido al hombre emanciparse "de la comunidad y las tradiciones medievales en que estaba inmersa su libertad individual", la afirmación iluminista del "yo sin Dios" en definitiva se negaba a sí misma por cuanto en ausencia de la verdad...