Fragmento_de_edipo_rey
Páginas: 14 (3326 palabras)
Publicado: 28 de octubre de 2015
Sófocles
PASTOR:
Se decía que era hijo de Layo. Pero ella está en casa, tu mujer, te diría mejor que nadie
cómo fue eso.
EDIPO:
¿Te lo dio ella?
PASTOR:
Sí, rey.
EDIPO:
¿Para qué?
PASTOR:
Para que lo hiciera desaparecer.
EDIPO:
¿Una madre? ¡desgraciada!
PASTOR:
Por miedo de horribles oráculos.
EDIPO:
¿Qué decían esos oráculos?
PASTOR:
Que aquel niño debía matar a suspadres; así se decía.
EDIPO:
Pero tú, ¿por qué se lo entregaste a este anciano?
Edipo Rey, el hijo
de la fortuna, Pier
Paolo Pasolini,
1967
PASTOR:
¡Ay!, ¡heme aquí ante una cosa horrible de decir!
EDIPO:
XVI
ÁTOPOS
Y para mí también horrible de oír. Pero, sin embargo, tengo que oírla.
PASTOR:
Por piedad, señor. Pensaba que se lo llevaría a otra comarca, a la isla donde él vivía. Mas
él, para lasmás grandes desgracias, lo guardó junto a sí. Porque si tú eres el que él dice,
has de saber que eres el más infortunado de los hombres.
EDIPO:
¡Ay! ¡Ay! Todo se ha aclarado ahora. ¡Oh luz, pudiera yo verte por última vez en este
instante! Nací de quien no debería haber nacido; he vivido con quienes no debería estar
viviendo; maté a quien no debería haber matado.
(EDIPO entra precipitadamente alpalacio.
Los dos pastores se marchan, cada uno por su lado)
XVII
ÁTOPOS
Edipo Rey (Fragmento),
Sófocles
PASTOR:
Se decía que era hijo de Layo. Pero ella está en casa, tu mujer, te diría mejor que nadie
cómo fue eso.
EDIPO:
¿Te lo dio ella?
PASTOR:
Sí, rey.
EDIPO:
¿Para qué?
PASTOR:
Para que lo hiciera desaparecer.
EDIPO:
¿Una madre? ¡desgraciada!
PASTOR:
Por miedo de horribles oráculos.
EDIPO:¿Qué decían esos oráculos?
PASTOR:
Que aquel niño debía matar a sus padres; así se decía.
EDIPO:
Pero tú, ¿por qué se lo entregaste a este anciano?
Edipo Rey, el hijo
de la fortuna, Pier
Paolo Pasolini,
1967
PASTOR:
¡Ay!, ¡heme aquí ante una cosa horrible de decir!
EDIPO:
XVI
ÁTOPOS
Y para mí también horrible de oír. Pero, sin embargo, tengo que oírla.
PASTOR:
Por piedad, señor. Pensaba que selo llevaría a otra comarca, a la isla donde él vivía. Mas
él, para las más grandes desgracias, lo guardó junto a sí. Porque si tú eres el que él dice,
has de saber que eres el más infortunado de los hombres.
EDIPO:
¡Ay! ¡Ay! Todo se ha aclarado ahora. ¡Oh luz, pudiera yo verte por última vez en este
instante! Nací de quien no debería haber nacido; he vivido con quienes no debería estar
viviendo;maté a quien no debería haber matado.
(EDIPO entra precipitadamente al palacio.
Los dos pastores se marchan, cada uno por su lado)
XVII
ÁTOPOS
CORO:
PAJE:
¡Ay, generación de mortales! ¡Cómo vuestra existencia es a mis ojos igual a la nada!
¿Qué hombre, qué hombre ha conocido otra felicidad que la que él se imagina, para
volver a caer en el infortunio después de esta ilusión? Tomando tu destinocomo ejemplo,
infortunado Edipo, no puedo mirar como dichosa la vida de ningún mortal.
«Su arco había lanzado la flecha más lejos que ninguno; había conquistado una felicidad,
la más afortunada, ¡oh Zeus!; había hecho perecer ignominiosamente a la doncella de los
dedos en garra, la de los cantos enigmáticos; se había erigido en nuestro país como una
torre contra la muerte.
«Desde entonces, Edipo,se te llamaba nuestro rey, y habías recibido los más grandes
honores como amo y soberano de la poderosa Tebas.
«Y hoy, ¿quién es aquel cuya desgracia sea más lamentable de oír? ¿Quién vive en su hogar una
vida más trastornada, más llena de aflicciones y atroces tormentos?
«¡Oh, ilustre Edipo, el mismo puerto bastó para hacer encallar al padre y al hijo en el seno
del mismo lecho! ¡Cómo, cómo lossurcos fecundados por el padre pudieron, ¡desgraciado!, aguantarte tanto tiempo en silencio!
«Pero bien a pesar tuyo, el tiempo, que lo ve todo, lo ha descubierto al fin, y de aquí
que condena tu himeneo demasiado monstruoso, que te hizo hacer madre a la que lo
fue tuya. ¡Ay!, ¡ay!, hijo nacido de Layo, ¡pluguiera a los dioses que jamás te hubiese yo
conocido! Pues desde el fondo de mi pecho...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.