Fragmentos de La Celestina
Primer auto
CALISTO.- ¿Cómo? Yo te lo diré. Mayor es la llama que dura ochenta años, que la que en vn día passa, y mayor la que mata vn ánima, que la que quema cient mill cuerpos. Como de la aparencia a la existencia, como de lo viuo a lo pintado, como de la sombra a lo real, tanta diferencia ay del fuego, que dizes, al que me quema. Por cierto, si el del purgatorio es tal, masquerría que mi spíritu fuesse con los de los brutos animales, que por medio de aquel yr a la gloria de los sanctos.
SEMPRONIO.- ¡Algo es lo que digo! ¡A más ha de yr este hecho! No basta loco, sino ereje.
CALISTO.- ¿No te digo que fables alto, quando fablares? ¿Qué dizes?
SEMPRONIO.- Digo que nunca Dios quiera tal; que es especie de heregía lo que agora dixiste.
CALISTO.- ¿Por qué?SEMPRONIO.- Porque lo que dizes contradize la cristiana religión.
CALISTO.- ¿Qué a mí?
SEMPRONIO.- ¿Tú no eres cristiano?
CALISTO.- ¿Yo? Melibeo so e a Melibea adoro e en Melibea creo e a Melibea amo.
SEMPRONIO.- Tú te lo dirás. Como Melibea es grande, no cabe en el coraçón de mi amo, que por la boca le sale a borbollones. No es más menester. Bien sé de qué pie coxqueas. Yo te sanaré.CALISTO.- Increyble cosa prometes.
SEMPRONIO.- Antes fácil. Que el comienço de la salud es conoscer hombre la dolencia del enfermo.
CALISTO.- ¿Quál consejo puede regir lo que en sí no tiene orden ni consejo?
SEMPRONIO.- ¡Ha!, ¡ha!, ¡ha! ¿Esto es el fuego de Calisto? ¿Estas son sus congoxas? ¡Como si solamente el amor contra él asestara sus tiros! ¡O soberano Dios, quán altos son tus misterios!¡Quánta premia pusiste en el amor, que es necessaria turbación en el amante! Su límite posiste por marauilla. Paresce al amante que atrás queda. Todos passan, todos rompen, pungidos e esgarrochados como ligeros toros. Sin freno saltan por las barreras. Mandaste al hombre por la muger dexar el padre e la madre; agora no solo aquello, mas a ti e a tu ley desamparan, como agora Calisto. Del qual no memarauillo, pues los sabios, los santos, los profetas por él te oluidaron.
CALISTO.- Sempronio.
SEMPRONIO.- Señor.
CALISTO.- No me dexes.
SEMPRONIO.- De otro temple está esta gayta.
CALISTO.- ¿Qué te paresce de mi mal?
SEMPRONIO.- Que amas a Melibea.
CALISTO.- ¿E no otra cosa?
SEMPRONIO.- Harto mal es tener la voluntad en vn solo lugar catiua.
CALISTO.- Poco sabes de firmeza.SEMPRONIO.- La perseuerancia en el mal no es constancia; mas dureza o pertinacia la llaman en mi tierra. Vosotros los filósofos de Cupido llamalda como quisiérdes.
CALISTO.- Torpe cosa es mentir el que enseña a otro, pues que tú te precias de loar a tu amiga Elicia.
SEMPRONIO.- Haz tú lo que bien digo e no lo que mal hago.
CALISTO.- ¿Qué me reprobas?
SEMPRONIO.- Que sometes la dignidad delhombre a la imperfección de la flaca muger.
CALISTO.- ¿Muger? ¡O grossero! ¡Dios, Dios!
SEMPRONIO.- ¿E assí lo crees? ¿O burlas?
CALISTO.- ¿Que burlo? Por Dios la creo, por Dios la confiesso e no creo que ay otro soberano en el cielo; avnque entre nosotros mora.
SEMPRONIO.- ¡Ha!, ¡ah!, ¡ah! ¿Oystes qué blasfemia? ¿Vistes qué ceguedad?
CALISTO.- ¿De qué te ríes?
SEMPRONIO.- Ríome, que nopensaua que hauía peor inuención de pecado que en Sodoma. CALISTO.- ¿Cómo?
SEMPRONIO.- Porque aquellos procuraron abominable vso con los ángeles no conocidos e tú con el que confiessas ser Dios.
CALISTO.- ¡Maldito seas!, que fecho me has reyr, lo que no pensé ogaño.
FRAGMENTO 2
Primer auto
SEMPRONIO.- ¿Pues qué?, ¿toda tu vida auías de llorar?
CALISTO.- Sí.
SEMPRONIO.- ¿Por qué?CALISTO.- Porque amo a aquella, ante quien tan indigno me hallo, que no la espero alcançar.
SEMPRONIO.- ¡O pusilánimo! ¡O fideputa! ¡Qué Nembrot, qué magno Alexandre, los quales no solo del señorío del mundo, mas del cielo se juzgaron ser dignos!
CALISTO.- No te oy bien esso que dixiste. Torna, dilo, no procedas.
SEMPRONIO.- Dixe que tú, que tienes mas coraçón que Nembrot ni Alexandre,...
Regístrate para leer el documento completo.