francisco herrera velado (el profesor de ingles)

FRANCISCO HERRERA VELADO (1876-1966)

Francisco Herrera Velado nació en Izalco, departamento de Sonsonate, en 1876 y murió en la misma ciudad, en 1966, a los 90 años. Nunca se caso ni dejo descendencia, pese a que siempre tuvo alguna compañera indígena, a quienes admiraba con especial deleite y las consideraba superior a las Ladinas.
Arraigado a su terruño, no sintió jamás la tentación deradicarse en la capital y prefirió vivir en su pequeño pueblo, donde alimento su sensibilidad con la tradición y las costumbres especiales de aquella ciudad.
Se ha dicho que en sus inicios, publico versos modernistas “matizados con esencias románticas”, y que, posteriormente, definió su peculiar manera de tratar las costumbres pasadas y presentes, tanto en prosa como en verso, “con estilo y graciapulcros y castizos”. Para ello, acudió a la” tradición” en verso (al modo de Batres Móntufar, el ilustre guatemalteco) y al cuento de sabroso realismo.
En el prologo de Mentiras y Verdades, de Herrera Velado, se sostiene lo siguiente: “hay en ese libro subjetivismos tan encantadores, travesura tan bien urdidas, filosofías tan hondas y verdades tan ciertas, que el más intransigente puritano-si aunno está muy hipócrita-, ha de calarse las gafas con deleite para saborear sus páginas exquisitamente vivas de intención y de color”. Son en verdad, pequeños cuentos, historias, estampas, crónicas escritas en verso, medido y rimado; condimentado con sátira, ironía y buen humor, que, además, constituyen un testimonio de la época que le toco vivir.
Estas escenas, por estar escritas en verso y serde tono jocoso, han hecho sostener a los críticos, que se trata de poesías al estilo de Batres Montufar. Esto, desde luego, es innegable, que su contenido es auténticamente salvadoreño, coa ms exactitud, izalqueño; y además ¿están dotadas de la gracia característica de Herrera Velado.
Esa misma gracia y es misma festividad irónica, al tratar las costumbres de los izalqueño, indios o mestizos,están presentes en su libro Agua de Coco. Este libro tiene una cualidad mucho más importante: es un libro de cuentos. Tal vez, el primer libro de cuentos escritos en El Salvador, hablando en el sentido estricto de la palabra. Es decir, desde el punto de vista de la forma.
Antes de Herrera Velado, ya habían intentado el cuento Francisco Gavidia, Arturo Ambrogi y José María Peralta Lagos. Y en sumisma época Salarrué, quiere lo supero en la belleza expresiva, pero no el aspecto formal.
Gavidia escribió pocos cuentos. La mayoría son relatos en los que sobresale la narración. Casi no hay diálogos. Los personajes hablan poco y no expresan plenamente sus sentimientos y deseos. Es decir, no viven: quedan como fundidos en la narración. Lo mismo sucede con Ambrogi, quien se solaza en la descripcióndel paisaje.
Salarrué utiliza el dialogo como pinceladas chispeantes, muy breves, de acuerdo al tamaño de los relatos. Es quien más se acerca al cuento y, en algunas oportunidades, lo alcanza.
La mayoría de los Cuentos de Barro no llegan a ser cuentos. Se quedan en estampas, en muestras, en apuntes, en folclóricas; de singular belleza desde luego. Esta situación es mucho más notoria en“Trasmallo”, donde todo se queda en Acuarelas Literarias” y el escritor no puede alcanzar la altura de sus Cuentos de Barro.
En Agua de Coco, en cambio, casi todos los trabajos son auténticos cuentos. Desde La Piedra, La Lotería, El Padrastro, Las Naranjas de la Niña Paula y Las Goteras, hasta los menos afortunados como El Velorio del Gato y el que le da el título al libro. Y, todos ellos, engalanados porla prosa chispeante de humorismo, que siempre hace reír, deje o no una lección.
Otros Juicios
Hugo Lindo (“Revista Cultural N° 39”), al referirse a Agua de Coco dijo: es un libro lleno de gracia, de picardía y de sabiduría formal”. Y David Escobar Galindo: “El modernismo de Furtivas y de la torre del Recuer-do tiene hermosos momentos, pero no puede competir con el costumbrista romántico...