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Norberto Chaves
Esta nota es el resultado de mi primer contacto con el Diseño Gráfico a través de una experiencia pedagógica. Tratábase del primer dictado de un curso de “Historia del Diseño Gráfico” dentro del cual se me encomendara una suerte de “Introducción metodológica”.
Por razones de hecho, mi labory la de los profesores encargados de la recopilación histórica concreta hubieron de realizarse simultánea y separadamente. Esta circunstancia, que en un curso acabado hubiera constituido un déficit sustancial, obró como una verdadera ventaja para este curso inicial. La recopilación de material gráfico fue realizada con absoluta“ingenuidad” respecto de los criterios metodológicos que se iban exponiendo en clase, por lo cual el material recogido resultó tanto o más amplio de lo necesario. De mi lado, el planteamiento de dichos criterios fue realizado en el total desconocimiento del material de campo concreto y, por ende, librado de presiones empiristas o tendenciasinconscientes a acomodar a priori los modelos a los prejuicios provenientes de las imágenes.
Por otra parte, mi exterioridad respecto de la práctica del diseño gráfico, me eximía de hecho de compromisos previos a la labor teórica que obstaculizarán mi trabajo interponiendo las típicas “racionalizaciones tecnicistas” que tanto vienendemorando una conciencia teórica profunda del sentido cultural de las profesiones.
Otra condición importante del trabajo consistía en que el curso correspondía al primer año de la carrera y, por lo tanto, el aporte de los alumnos resultaría de algún modo representativo de las formas de conciencia general acerca de este fenómeno cultural yque no estarían aún contaminados con las inevitables deformaciones producidas por un discurso técnico especializado.
el objeto de análisis
Si leer, por ejemplo, una “Historia de Occidente” es mucho más fácil que escribirla, lo es fundamentalmente porque el lector en general da por sentado el objeto (occidente) y se limita a informarsesobre lo que ocurrió con él. El escritor, en cambio, tiene que construir su objeto pues a menos que se trate de un idealista, a poco de comenzar la labor tendrá que preguntarse: “Pero… ¿qué es occidente?”, “¿Dónde comienza y dónde termina la cultura occidental?”, “¿Qué no es occidente?”, etc.
Problema similar se le presentaba a nuestro curso alpretender desarrollar un esquema histórico del diseño gráfico, contando sólo con productos empíricos y representaciones espontáneas de su propio objeto.
Resultaría por lo tanto costoso reconstruir la historia de algo que no podría delimitar conceptualmente.
En las dos primeras clases del curso se proyectaron imágenes en las cuales, de un modointuitivo, todos podíamos reconocer la presencia de “lo gráfico”. No obstante nadie podía definir con precisión cuáles eran los rasgos presentes en todas ellas que permitían incluirlas en el conjunto de lo gráfico, es decir, señalar en que consistía su “graficidad”.
El único recurso de que disponíamos era cierta analogía formal entre losobjetos concretos; analogías que, por otra parte, no constituían cualidades propiamente “objetivas”, sino resultado de asociaciones a priori, obviamente predeterminadas psicológica y culturalmente.
Dichas imágenes “gráficas” provenían prácticamente de todos los campos de la producción cultural, pues encontrábamos objetos...
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