Fratarelli Ciudad Mediatica
AÑO XI - N° 3 / Primavera 2011
Arte, Pensamiento y Política
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La ciudad mediática:
el espacio público como
amenaza
NICOLÁS FRATARELLI
La ciudad mediática:
el espacio público como
amenaza
NICOLÁS FRATARELLI
El espacio mediático
Las ciudades se van impregnando cada vez de más frivolidad. Unas
buscan parecerse a otras, siguiendo los esquemasurbanos considerados
exitosos por el orden global, sin importar su posición geográfica, su cultura
y sus habitantes.
El discurso mediático, en manos de intereses privados, se aprovecha
de las ingrávidas democracias para caerles al acecho y desplegar sin pudor
un relato de ciudad a su medida, llena de corazas, pautas publicitarias y
preconceptos, produciendo “ideas de ciudad, críticas, análisis,figuraciones, hipótesis, instrucciones de uso, prohibiciones, órdenes (y) ficciones de
todo tipo.” (Beatriz Sarlo)
Estos relatos buscan proteger intereses sectoriales creando una ciudad mediática a su imagen y semejanza, despegada de la vida de quienes
las habitan y las hacen diariamente. Como la sábana que convierte a la
nada en fantasma, el discurso omnímodo procura transformar lo soso en
sustancia,reemplazando el debate con sobreinformación; exponiendo un
catálogo de datos inútiles, lleno de slogans de fácil digestión, que busca
opacar cualquier posición crítica que le haga frente y desautorizar cualquier propuesta alternativa de ciudad.
La intervención mediática sobre la ciudad transita por dos senderos:
uno que muestra de forma exacerbada los problemas de la ciudad real,
donde sepropicia el miedo, y se les refriega a sus habitantes los peligros y
los riesgos que se corren en sus espacios públicos; y paralelamente otro,
que ofrece como solución una “ciudad ideal”, en donde se exaltan las ventajas de una ciudad vigilada, controlada, dirigida, sin conflictos sociales,
con una población homogénea y de pensamiento uniforme, generando de
este modo una representación que promete unafalsa idea de bienestar y
coincide con los negocios propiciados por quienes escriben estos guiones.
Las sociedades actuales, atomizadas y apáticas frente a la impiedad y
a la injusticia, prefieren ver en directo por la pantalla de televisión el eclipse lunar con tal de no levantar la persiana que muestra el cielo frente a sus
narices. Ante cualquier acontecimiento que infrinja el orden conservadorbajado por los medios hegemónicos, solo espera una explicación audiovisual de algún pope bien pagado, echarse de costado, apagar la luz de noche y disponerse a dormir, dejando que los discursos dominantes completen los desdeñados intersticios participativos.
Barrio de La Boca (Buenos
Aires, Argentina).
Foto: María Irusta, 2009
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“Ciertamente, el poder siempre ha
tratado de asegurarse elcontrol de la comunicación social, sirviéndose del lenguaje
como medio para difundir la propia ideología y para inducir a la obediencia voluntaria” (Zygmunt Bauman). Sin embargo, frente al panorama descrito, ya no es necesario
el poder de un estado totalitario para lograr el control social. El poder invisible, la
imposición masiva del relato mediático con
fines determinados, reemplaza sus métodos aunqueno sus fines.
Hoy los discursos de los medios de
comunicación dominantes, convencen cordialmente sobre las bondades de su plan.
Como nos dice Bauman, el secreto de toda
socialización exitosa reside en pugnar para
que los individuos deseen hacer lo que sea
necesario para que el sistema logre autoreproducirse y “esto puede realizarse abierta o explícitamente (.) inculcando o imponiendo (.) ciertospatrones de comportamiento". La irónica profecía de Aldous Huxley en Un mundo feliz, “el secreto de la
felicidad y la virtud es amar lo que uno tiene que hacer (donde todo) condicionamiento se dirige a lograr que la gente ame su
inevitable destino social", parece cumplirse
sin dolor.
Todo este bagaje mediático influye
directamente en la conformación espacial
de la ciudad, promueve el aislamiento...
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