Fray bartolomé

BORRADOR

Maravall, en la introducción que hace a su obra Utopía y reformismo en la España de los Austrias, menciona que América es configurada e interpretada a partir de un pensamiento, no sólo dominante, porque es también el sentimiento o la conciencia que de ella tienen quienes de ese continente forman parte, y quienes desde otras tierras del planeta le contemplan[1]. El encuentro de los dosmundos traería consigo no sólo lo que de manera pesimista conocemos en primera instancia: una conquista cruenta justificada soberbiamente[2].

Las tierras americanas dieron al hombre del renacimiento la oportunidad de ver en ellas nuevas formas de ver el mundo y estuvo despreocupado por recomendaciones tradicionales del modelo de vida virtuosa que ofreció el Medievo. Empezaron a aparecertestimonios literarios sobre cosas de Indias y el número de cartas, relaciones, historias que se publicaron en el segundo cuarto del siglo XVI son prueba del despertar y del rápido incremento de ese interés. Estas concepciones renacentistas serán ya ajenas a aquellas medievales que pertenecen al tipo de rareza por deformidad o monstruosidad[3] y es por ello podemos afirmar que los españoles nuncadejaron de reconocer la condición humana de los indios, pese a que algunos observaban en ellos grados de capacidad, pero no será un punto que se discutirá.

Lo que será valorizado es que se reconoció una diferente forma de vida; y es que las costumbres, la organización política y sus instituciones culturales; los templos y edificios que sorprendieron a los primeros visitadores, hicieron que surgierauna intrigante: que esas sociedades y sus formas de vida acaso podrían ser superiores o cuando menos preferibles a los ojos de los cristianos.

Tuvieron que pasar los españoles por un proceso en el que tenían que hacer la construcción mental de un nuevo continente, porque inquietó la idea de que existían otros seres humanos con variedades de lengua, religión, costumbres, etc. El hombrerenacentista excitado por estas ideas tuvo la oportunidad de apreciar lo que podía ofrecer el Nuevo Mundo.

El conocer este continente, dará a los hombres del siglo XVI, hombres cansados de la vieja estructura política y eclesial, la oportunidad de intentar una organización nueva, porque en él se encuentra una tierra fértil, libre de vicios y defectos de las viejas sociedades.

Fray Bartolomé de lasCasas no será ajeno a este pensamiento y será unos de los hombres más fieles en la ardua tarea de la defensa de los indios. Su aprecio por estas gentes era tal que decía que las “crió Dios más simples, sin maldades ni dobleces, obendientísimas, fidelísimas a sus señores naturales y a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas y quietas, sin rencillas ni bollicios, norijosos, no querulosos, sin rancores, sin odios, sin desear venganzas que hay en el mundo[4]. Palabras como estas no son el reflejo de un mero apasionado delator inspirado en el deseo de venganza.

Ante esto Bartolomé se apoyará en la existencia de un sistema de valores específicos y propios de las culturas indígenas para escribir una de sus máximas obras, Apologética historia Sumaria, en la quecomparará a los pueblos del Nuevo Mundo con los de la antigüedad clásica y demostrará que el hombre moderno es el resultado de un desarrollo histórico y que cada pueblo en sus inicios, se encontraba en un estado primitivo. Pero no será suficiente una obra así. Más tarde, después de seis viajes a América, y de regreso a la Península, en el año de 1539, el dominico escribiría durante tres añosconsecutivos varias obras que cambiarían la situación política de los indios[5]. Resultan verdaderamente portentosas las vicisitudes por las que pasó este dominico para poder así escribir, durante ese tiempo, una de las obras más traducidas en el ámbito y quehacer de las relaciones de Indias: la Brevísima relación de la destrucción de las Indias.

En el año de 1541 empezó a redactarla en Valencia y...