Freud resumen del yo y ello
4.1. Transferencia perversa según Meltzer.
En algún momento de la terapia se observa que algunos pacientes tienden adescolocar al terapeuta de su respectivo rol y a convertir el proceso terapéutico en otro que tiene la estructura de una tendencia perversa o adicta. El grado de sutileza que emplea el inconsciente delpaciente es muy rico, haciendo probable que sus manifestaciones y la contratransferencia escapen al control del terapeuta advirtiéndose sólo de ello cuando es demasiado tarde. Cuando se da cuenta que ladirección de la terapia se ha subvertido, esta alteración se trasforma en un hecho irreparable e irreversible (Meltzer, 1974).
Existe una permanente crueldad hacia el terapeuta que se refleja a travésde la conducta, las llegadas tardes, las ausencias, las quejas en torno al pago, burlas a los psicoanalistas en general excluyendo al terapeuta presente " por supuesto". Así comienza una voracidadhacia el pecho - terapeuta, con una intención de crear una terapia interminable, parasitaria, perversa y destructiva. La voracidad adquiere un sentido de insaciabilidad de parte del paciente conrespecto al terapeuta donde cada vez va necesitando más de éste. Sin embargo, se establece una relación que no esta basada en un contacto real, sino más bien, el paciente busca una satisfacción sensualinmediata, carente de contenido. Por esto, no busca la aclaración, no existe un intercambio productivo, estaría movilizado solo por la sensación. Todo esto impide que entre paciente y terapeuta seestablezca una pareja. El terapeuta resulta indispensable, para siempre, pero esto es inocuo, estéril. Esta actitud del paciente está relacionada con el desmantelamiento de los objetos, con la desvalorizacióndel terapeuta. La actitud de esterilidad emocional del paciente genera respuestas contratransferenciales patológicas en el terapeuta, despreocupándose de diferenciar una respuesta transferencial...
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