Freud Y Nitch
de Nietzsche a Freud
I. Freud: teoría de las pulsiones
L
as miras de un impulso consisten en ser descargado, lo que suele producir placer. Sin embargo, el
impulso sólo está relacionado indirectamente con el placer. En esas circunstancias, el estímulo principal es la descarga misma, la disolución del impulso, es decir su muerte. Estos instintos de muerteo impulsos destructivos parecen estar en oposición con la tendencia de la libido a buscar el placer. En su obra, Más allá del principio del placer, Freud se pregunta si
Adolfo VÁsquez Rocca
C O N C I E N C I A C T I VA 2 1 , número 16, abril 2007
el impulso hacia la muerte, autodestructivo, no es acaso el principio fundamental de todos los demás impulsos, y al tender todos hacia lamuerte uno puede formular la siguiente paradoja: La vida sólo es una demora de la muerte. Según Freud, la dinámica de la personalidad resulta del antagonismo entre el impulso hacia la vida y el impulso hacia la muerte. ¿Qué representa para Freud la pulsión de la muerte? Representa la tendencia irreductible de todo ser vivo a retornar al estado inorgánico. Si admitimos que el ser vivo vino después delno vivo, y que surgió de él, la pulsión de muerte está perfectamente de acuerdo con la fórmula según la cual una pulsión tiende al retorno a un estado anterior. Según esta perspectiva, “todo ser vivo muere necesariamente por causas internas”.
La pulsión de agresión
Los años de la guerra fueron relativamente improductivos y hubo que esperar hasta 1919-1920 para la redacción de Más allá delprincipio del placer, en la cual y por primera vez Freud arriesgó la hipótesis de una pulsión de muerte. Más adelante, la pulsión de muerte sería designada asimismo con el nombre de Tánatos, en oposición
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al “divino Eros”, que representaba a la pulsión de la vida. Excepto en conversaciones privadas, Freud utilizaba indistintamente lostérminos de pulsión de muerte o de pulsión de destrucción; pero en una discusión con Einstein a propósito de la guerra, establecería una distinción entre ambos. La pulsión de muerte estaría dirigida contra sí mismo, mientras que la segunda, derivada de aquélla, estaría dirigida contra el mundo exterior. En 1909 Stekel había ya utilizado el término Tánatos para designar un anhelo de muerte, pero lehabía de corresponder a Paul Federn la difusión del término en su acepción presente. Es interesante observar que Freud, aun cuando estaba bien impuesto ya desde el comienzo sobre los aspectos salvajes de la naturaleza humana y sus impulsos mortíferos, no hubiese reflexionado de cerca antes de 1915 sobre su aspecto nosológico. Ciertas resistencias relacionadas con su ruptura con Adler debieronprecisamente desempeñar algún papel en eso. Es bien sabido que Adler postulaba ya desde 1908 la existencia de una pulsión agresiva primaria. Y sin embargo, según observa Ernest Jones, la concepción de Adler es más sociológica que psicológica, pues la entendía como una lucha por el poder y con el fin de garantizarle la superioridad. La concepción freudiana, en cambio, bordea tanto la biología como laquímica o la física.
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Y por otra parte el propio Freud reconocía sin problemas que desde siempre había sentido personalmente una cierta repulsión a aceptar la idea de una pulsión destructora independiente. En El malestar en la cultura escribió: “No puedo comprender cómo pudimos pasar de largo ante la universidad de la agresión noerótica y la destrucción, y de qué modo pudimos omitir concederle la significación a la que tiene pleno derecho en nuestra interpretación de la vida”. Y añade: “Recuerdo mi propia actitud defensiva, cuando la idea de una pulsión de destrucción apareció por primera vez en la literatura psicoanalítica, y el tiempo que fue necesario para que esa idea se hiciese accesible para mí”.
El concepto de...
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