Fronteras Territoriales
“fronteras territoriales”
Introducción.
Existen preguntas que simplemente ya no nos hacemos. Tradicionalmente construimos murallas que nos impiden observar con detalle algunas instituciones y preguntarnos sobre las razones por las cuales existen.
Lo complicado de ciertos asuntos también conspira en este sentido, pues preferimos no meternos enproblemas que no podemos resolver. Tal es el caso con las fronteras territoriales. Kymlicka señala muy bien la forma en la que hemos dejado de preguntarnos por la justificación de las fronteras territoriales y los problemas que esto trae a los individuos que quedan dentro o fuera de ellas.
Desarrollo.
El ensayo que a continuación se presenta ofrece un panorama teórico y práctico a la vez, de unode los temas más discutidos de hoy: las fronteras territoriales. Su análisis parte de una argumentación difícilmente refutable: el incomprensible e injustificado silencio que sobre el tema han guardado las principales teorías de la justicia construidas en las últimas décadas. Las fronteras determinan no solamente la extensión territorial de los Estados, sino que se constituyen como la empalizadaque permite distinguir entre los miembros de la comunidad y los que no pertenecen a ella.
Juegan una función no solamente policial, sino sobre todo cívica e incluso constitucional, esto conduce a un cuestionamiento radical de nuestras actuales formas de organización social. De su adecuada respuesta puede surgir un nuevo modelo de comunidad, o bien, la persistencia de los actuales regímenes deexclusión y contención que se han demostrado tan ineficaces como injustos.
El tema de las fronteras sirve para plantearse dos cuestiones claves en las democracias liberales: la pertenencia y la movilidad, y estos son los contenidos que vertebran el segundo y el tercer capítulo. Bajo el rótulo de pertenencia, el filósofo canadiense pone en tela de juicio si las fronteras delimitan el territorio quees propiedad del grupo nacional mayoritario. La posición de Kymlicka a este respecto es clara: “El poder político y las instituciones públicas en general pertenecen a todos los individuos que están sujetos a ellas, no solamente a aquellos individuos que pertenecen al grupo nacional mayoritario”.
Ésta es la afirmación que debería guiar cualquier tipo de construcción nacional liberal. Kymlickadefiende que el hecho de compartir una misma lengua y cultura dentro de un Estado es necesario para la defensa de los valores liberales igualitaristas, pero esto ha de ser compatibilizado con los derechos de los grupos nacionales minoritarios. Para asegurarse de que la construcción nacional que se lleva a cabo es liberal hay que examinar si se caracteriza por la no imposición de sanciones a aquellosque no pertenecen al grupo dominante, por la reducción al mínimo el espacio público y la potenciación de un máximo respeto hacia las diferencias.
El cuarto capítulo se centra en el estudio de la movilidad, es decir, las migraciones. Para ello, contrapone la respuesta de los Estados no liberales, que pasa por denegar la admisión de inmigrantes, por permitir su entrada sólo como invitados o pornegarles el derecho al voto, a la respuesta de las democracias liberales, en las que los inmigrantes pueden llegar a ser ciudadanos y no se les considera una amenaza, sino que pueden contribuir a la nación.
A pesar de todo, la movilidad no es nunca incondicional en las democracias liberales, pues para favorecer la integración se incita que los inmigrantes aprendan la lengua, la cultura y lahistoria del país receptor. Además, los regímenes liberales se reservan el derecho de fijar el cupo de extranjeros que pueden ser admitidos, basándose en la capacidad de absorción de la sociedad.
La lengua común es la forma de hacer posible un debate público, una deliberación auténtica, pues facilita la comunicación entre los ciudadanos. En este sentido, las unidades lingüísticas nacionales son...
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