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Páginas: 2 (310 palabras) Publicado: 21 de enero de 2014
alcachofas y en la de Cual judías. El ver las huertas y las casas ajenas desde lo alto de la muralla, y el contemplar los trabajos de los demás, iba dando a Martín ciertainclinación a la filosofía y al robo.
Como en el fondo el joven Zalacaín era agradecido y de buena pasta, sentía por su viejo Mentor un gran entusiasmo y un gran respeto. Tellagorrilo sabía, aunque daba a entender que lo ignoraba; pero en buena reciprocidad, todo lo que comprendía que le gustaba al muchacho o servía para su educación, lo hacía si estaba ensu mano.
¡Y qué rincones conocía Tellagorri! Como buen vagabundo era aficionado a la contemplación de la Naturaleza. El viejo y el muchacho subían a las alturas de la Ciudadela,y allá, tendidos sobre la hierba y las aliagas, contemplaban el extenso paisaje. Sobre todo, las tardes de primavera era una maravilla. El río Ibaya, limpio, claro, cruzaba elvalle por entre heredades verdes, por entre filas de álamos altísimos, ensanchándose y saltando sobre las piedras, estrechándose después, convirtiéndose en cascada de perlas alcaer por la presa del molino. Cerraban el horizonte montes ceñudos y en los huertos se veían arboledas y bosquecillos de frutales.
El sol daba en los grandes olmos de follajeespeso de la Ciudadela y los enrojecía y los coloreaba con un tono de cobre.
Bajando desde lo alto, por senderos de cabras, se llegaba a un camino que corría junto a las aguas clarasdel Ibaya. Cerca del pueblo, algunos pescadores de caña, se pasaban la tarde sentados en la orilla y las lavanderas, con las piernas desnudas metidas en el río, sacudían lasropas y cantaban.
Tellagorri conocía de lejos a los pescadores: —Allí están Tal y Tal —decía—. Seguramente no han pescado nada. No se reunía con ellos; él sabía un rincón perfumado
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