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Héroe de guerra

A lo largo de la vida se viven muchas complicaciones, y todos nosotros somos personas que han pasado por muchas de ellas. Tenéis que llegar a entender que, únicamente cuando perdemos todo, somos libres para actuar y saber, nunca temer, saber que algún día vais a morir, hasta que no entendáis eso, no sobreviviréis. ¡Suerte!
Todo empezó al poco tiempo de cumplir los 18 años;rondaba el año 2014 y llevaba esperando desde los 15 para poder alistarme en el ejército.
–¿Has visto el mundo? –dijo mi tío, un ex militar, –Bien, ¿qué harías si te dijera que puedes cambiarlo? Simplemente con llevar un arma, por ello ya serás pagado.
– Suena bien –dije –.
–Y si vuelves a casa te habrás convertido en un héroe de guerra, pero solo si vuelves.

Un gran número deconversaciones como estas tuve con mi tío mientras esperaba a cumplir los 18, no sé cómo lo hacía pero siempre que hablaba con él, parecía tener razón en todo lo que decía. Si encontraba algún aspecto negativo respecto a alistarme en el ejército, él lo contrarrestaba con algunas de sus teorías. Siempre con esa seguridad que le acompañaba con cada palabra que decía, tal vez sea eso lo que me hizo convencerme alo largo de los años, pero lo importante es que ya estaba ahí. Vi cómo se abrían lentamente las puertas del cuartel y después de eso, el autocar paró en seco. Nos hicieron bajar a todos en fila y empecé a mirar las caras de los nuevos reclutas que venían conmigo, todos ellos con caras de estar seguro de ellos mismos y sin preocupaciones, pero en el fondo sabía que, por la cabeza, se les pasabanmillones de cosas, como el recuerdo de la familia y todo lo que habían dejado atrás para empezar una nueva vida, muy diferente a la que conocían.
Un hombre llamado James Bryan nos guió hasta nuestros barracones y nos indicó dónde estaban nuestros uniformes, ordenó que nos los pusiéramos y que le siguiéramos hasta la peluquería, allí nos cortaron el pelo y, ya preparado, me miré al espejo;realmente me veía bien, como siempre me había imaginado. Durante el resto del día nos guió por todo el cuartel y, al caer la noche, dijo: – Mañana empezará vuestra instrucción a las 6. Estad preparados.
Los 3 años siguientes llegaron a ser una rutina; levantarse por la mañana para correr, entrenar, prácticas de tiro, algún que otro entrenamiento de varios días en la montaña y, en algún momento,misiones de reconocimiento fuera del país, todas ellas sin peligro.
Pero, un día, estando en el gimnasio, llamaron a todo nuestro escuadrón para acudir a una reunión, en ella nos explicaron que seríamos enviados a una misión a Vietnam; dijeron que simplemente deberíamos escoltar a un convoy con provisiones hasta una aldea. Una misión sencilla para hombres como vosotros – fueron las palabras de Bryan–, en ese momento recordé a mi tío; Bryan hablaba con la misma seguridad que él mientras nos explicaba los objetivos, puntos de encuentro, etc… Tal vez fue por ese detalle por el que, al menos a mí, me convenció de inmediato. Partiríamos en una semana, así que nos mandaron a nuestras respectivas casas antes de comenzar el viaje, lo cual me pareció extraño, ya que nunca nos enviaban a casa una semanaantes de una misión, pero no le di mucha importancia a ese detalle.
El gran día llegó, nos montamos en varios helicópteros y empezamos la ruta hacia Vietnam; en las primeras horas de vuelo sentía algo extraño dentro de mí pero no llegué a entender al 100% qué era, supuse que sería normal sentirse así; iba a estar lejos de casa durante un tiempo, así que intenté dormir para que el viaje parecieramás corto.
Parecía que solo habían pasado unos segundos cuando escuché una explosión, me levanté de golpe y lo primero que vi fue la parte trasera del avión con un agujero envuelto en un círculo ardiente. Estuve unos segundos “ausente” aislándome de todo e intentando deducir lo que había pasado en ese momento, de fondo, como si fuera algo muy lejano, veía los labios del general Bryan...