Fuenteovejuna
quise, atrevido Frondoso
para no dar qué decir,
desvïarme del arroyo;
decir a tus demasías
que murmura el pueblo todo,
que me miras y te miro,
y todos nos traen sobre ojo.
Y como tú eres zagal (KREPAK,POSTAVEN MLADENIČ, PASTIR)
de los que huellan, brioso, (POGUMEN, ŽIVAHEN, OGNJEVIT)
y excediendo a los demás
vistes bizarro y costoso,
en todo lugar no hay moza,
o mozo en el prado o soto, (GOZD, PODRAST, GRMOVJE)
que no se afirme diciendo
que ya para en uno somos;
yesperan todos el día
que el sacristán Juan Chamorro
nos eche de la tribuna
en dejando los piporros. (FAGOT)
Y mejor sus trojes (ŽITNA KAŠČA) vean
de rubio trigo en agosto
atestadas (NAPOLNJEN) y colmadas, (OBILEN, BOGATO OBLOŽEN)
y sus tinajas (VRČ, ČEBER) de mosto,
que talimaginación
me ha llegado a dar enojo:
ni me desvela ni aflige (UŽALOSTITI, PRIZADETI)
ni en ella el cuidado pongo.
FRONDOSO: Tal me tienen tus desdenes,
bella Laurencia, que tomo,
en el peligro de verte,
la vida, cuando te oigo.
Si sabes que es mi intención
eldesear ser tu esposo,
mal premio das a mi fe.
LAURENCIA: Es que yo no sé dar otro.
FRONDOSO: ¿Posible es que no te duelas
de verme tan cuidadoso
y que imaginando en ti
ni bebo, duermo ni como?
¿Posible es tanto rigor
en ese angélico rostro?
¡Viven los cielos, que rabio!LAURENCIA: Pues salúdate, Frondoso.
FRONDOSO Ya te pido yo salud,
y que ambos, como palomos,
estemos, juntos los picos,
con arrullos (GRULJENJE GOLOBOV, LJUBIMKANJE) sonorosos,
después de darnos la iglesia...
LAURENCIA: Dilo a mi tío Juan Rojo;
que aunque no te quiero bien,
ya tengo algunosasomos.
FRONDOSO: ¡Ay de mí! El señor es éste.
LAURENCIA: Tirando viene a algún corzo. (SRNJAK)
Escóndete en esas ramas.
FRONDOSO: Y ¡con qué celos me escondo!
Sale el COMENDADOR
COMENDADOR: No es malo venir siguiendo
un corcillo temeroso,
y topar (NALETETI NA) tan bella gama. (DAMJAK-SAMICA)
LAURENCIA:Aquí descansaba un poco
de haber lavado unos paños;
y así, al arroyo me torno,
si manda su señoría.
COMENDADOR: Aquesos desdenes toscos (NEUTESAN, SUROV)
afrentan,(OSRAMOTITI, ŽALITI, RAZŽALITI) bella Laurencia,
las gracias que el poderoso
cielo te dio, de tal suerte,
quevienes a ser un monstruo.
Mas si otras veces pudiste
hüír mi ruego amoroso,
agora no quiere el campo,
amigo secreto y solo;
que tú sola no has de ser
tan soberbia, que tu rostro
huyas al señor que tienes,
teniéndome a mí en tan poco.
¿No se rindió Sebastiana,mujer de Pedro Redondo,
con ser casadas entrambas,
y la de Martín del Pozo,
habiendo apenas pasado
dos días del desposorio?
LAURENCIA: Ésas, señor, ya tenían
de haber andado con otros
el camino de agradaros;
porque también muchos mozos
merecieron sus...
Regístrate para leer el documento completo.