fuentes de energía
CELESTINA.- ¿Que la has tocado dices? Mucho me espantas.
CALISTO.- Entre sueños, digo.
CELESTINA.- ¿Entre sueños?
CALISTO.- En sueños la veo tantas noches que temo me acontezca como a Alcibíades, que soñó que se veía envuelto en el manto de su amigay otro día matáronle, y no hubo quien le alzase de la calle ni cubriese, sino ella con su manto. Pero en vida o en muerte, alegre me sería vestir su vestidura.
CELESTINA.- Asaz tienes pena, pues cuando los otros reposan en sus camas, preparas tú el trabajo para sufrir otro día. Esfuérzate, señor, que no hizo Dios a quien desamparase. Da espacio a tu deseo, toma este cordón, que si yo no memuero, yo te daré a su ama.
CALISTO.- ¡Oh nuevo huésped! ¡Oh bienaventurado cordón, que tanto poder y merecimiento tuviste de ceñir aquel cuerpo que yo no soy digno de servir! ¡Oh nudos de mi pasión, vosotros enlazasteis mis deseos! ¡Decidme si oRMENO.- No digo, señor, otra cosa, sino que es tarde para que venga el sastre.
CALISTO.- ¿No digo yo que adivinas? Pues quédese para mañana. Y tú,señora, por amor mío te sufras, que no se pierde lo que se dilata. Y mándame mostrar aquel santo cordón que tales miembros fue digno de ceñir. ¡Gozarán mis ojos con todos los otros sentidos, pues juntos han sido apasionados! ¡Gozará mi lastimado corazón, aquel que nunca recibió momento de placer después que aquella señora conoció! Todos los sentidos le llagaron, todos acorrieron a él con sus esportillasde trabajo. Cada uno le lastimó cuanto más pudo: los ojos en verla, los oídos en oírla, las manos en tocarla.
CELESTINA.- ¿Que la has tocado dices? Mucho me espantas.
CALISTO.- Entre sueños, digo.
CELESTINA.- ¿Entre sueños?
CALISTO.- En sueños la veo tantas noches que temo me acontezca como a Alcibíades, que soñó que se veía envuelto en el manto de su amiga y otro día matáronle, y nohubo quien le alzase de la calle ni cubriese, sino ella con su manto. Pero en vida o en muerte, alegre me sería vestir su vestidura.
CELESTINA.- Asaz tienes pena, pues cuando los otros reposan en sus camas, preparas tú el trabajo para sufrir otro día. Esfuérzate, señor, que no hizo Dios a quien desamparase. Da espacio a tu deseo, toma este cordón, que si yo no me muero, yo te daré a su ama.CALISTO.- ¡Oh nuevo huésped! ¡Oh bienaventurado cordón, que tanto poder y merecimiento tuviste de ceñir aquel cuerpo que yo no soy digno de servir! ¡Oh nudos de mi pasión, vosotros enlazasteis mis deseos! ¡Decidme si os hallasteis presentes en la desconsolada respuesta de aquella a quien vosotros servís y yo adoro y, por más que trabajo noches y días, no me vale ni aprovecha!
CELESTINA.- Refránviejo es, «quien menos procura, alcanza más bien». Pero yo te haré procurando conseguir lo que siendo negligente no habrías. Consuélate, señor, que en una hora no se ganó Zamora, pero no por eso desconfiaron los combatientes.
CALISTO.- ¡Oh desdichado!, que las ciudades están con piedras cercadas, y a piedras, piedras las vencen; pero esta mi señora tiene el corazón de acero. No hay metal quecon él pueda, no hay tiro que lo melle. Pues poned escalas en su muro, unos ojos tiene con que echa saetas, una lengua de reproches y desvíos, el asiento tiene en parte que a media legua no le pueden poner cerco.
CELESTINA.- ¡Calla, señor, que el buen atrevimiento de un solo hombre ganó a Troya! No desconfíes, que una mujer puede ganar a otra. Poco has tratado mi casa; no sabes bien lo que yopuedo.
CALISTO.- Cuanto dijeres, señora, te quiero creer, pues tal joya como ésta me trajiste. ¡Oh mi gloria y ceñidero de aquella angélica cintura! Yo te veo y no lo creo. ¡Oh cordón, cordón! ¿Fuísteme tú enemigo? Di lo cierto. Si lo fuiste, yo te perdono, que de los buenos es propio las culpas perdonar. No lo creo, que, si fueras contrario, no vinieras tan presto a mi poder, salvo si vienes...
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