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Sostenemos que en los regímenes políticos hay también cambios revolucionarios y cambios reformistas.
Comparando los procesos argentino, boliviano o peruano con los de Brasil o España, ha surgido una apasionante discusión teórica. ¿Son o no diferentes? Sí son iguales, ¿eso significa que hubo una revolución en el régimen de los cinco países? ¿O no la hubo en ninguno?Desde un punto de vista superficial, en todos ocurrió algo parecido; cambió el régimen de gobierno, de dictatorial y totalitario a relativamente democrático. Bajo Franco, Videla, no había libertades democráticas y se utilizaban métodos de represión física para aplastar al movimiento obrero y de masas. Bajo el rey Juan Carlos, Geisel, Bignone, hay amplias libertades democráticas y sindicales,funcionan los partidos políticos y hay elecciones. Sin embargo, nosotros sostenemos que Argentina, Bolivia y Perú son totalmente distintos de Brasil y España. En los primeros hubo una revolución y en los segundos no. Pero en España y Brasil sí hubo reformas, y tan importantes que cambiaron el carácter del régimen.
En primer lugar, la diferencia más visible entre estos dos procesos es que en Argentina,Bolivia y Perú hubo una crisis revolucionaria, y en Brasil y España no. Ya hemos señalado que en Argentina, entre la caída de Galtieri y la asunción de Bignone hubo un período prácticamente sin gobierno, ni régimen, ni nada. El presidente y la institución fundamental del régimen, la junta militar, no estaban más. Lo mismo ocurrió en Bolivia tras la caída de García Meza. Pasaron semanas enterasantes de que el parlamento electo en 1980, autoconvocado, se pusiera de acuerdo en quién debía ser el gobierno. De hecho, hasta que asumió Siles, no lo hubo. Otro tanto pasó en Perú cuando la Asamblea Constituyente, convocada por la propia dictadura en crisis total para intentar una salida más o menos controlada, les dio la espalda a los militares y durante un tiempo nadie sabía qué constituciónhabía ni que nuevo régimen dirigiría el país.
En Brasil y España, en cambio, en ningún momento se produjo esta crisis revolucionaria, este vacío institucional de poder. Hubo, sí, crisis políticas, pero nunca desaparecieron de la escena las instituciones fundamentales de gobierno. Y si no hay crisis revolucionaria, no puede haber revolución.
En Argentina, a diferencia de Brasil o España, el nuevorégimen es opuesto al anterior.
No hay tal proceso gradual y planificado de reformas del viejo régimen. Todo el mundo sabe que las aperturas democráticas de Brasil y España fueron meditadas y preparadas por el viejo régimen , antes incluso de que la crisis económica y política y el ascenso de masas lo obligaran a ponerlas en marcha. El mismo plan tenían los militares en Argentina, y aún lo tienen enUruguay. Pero ese plan no funcionó en nuestro país. A menos que alguien crea que Videla, Massera y compañía planificaran y controlaran que ellos mismos iban a ir presos, acusados de homicidio y torturas.
En España y Brasil, todos los pasos son previsibles hasta que una revolución los liquide. En cambio, tampoco los partidos políticos burgueses argentinos previeron que Galtieri iba a caer ni quéiba a suceder después. Por eso mismo, durante varios meses, bajo Bignone, nadie sabía qué Constitución iba a regir ni cómo iban a ser las elecciones. Nadie planificó tampoco que las masas tuvieran la libertad de insultar o pegar impunemente en la calle a los oficiales más importantes de las fuerzas armadas. ¡Que pruebe ahora algún militante revolucionario brasileño o español insultar a losoficiales de las fuerzas armadas, y vamos a ver qué le pasa!
Para terminar de aclarar lo que estamos diciendo, veámoslo desde el punto de vista del programa de nuestro partido. En Brasil y España, el eje político fundamental sigue siendo la lucha contra el bonapartismo. Todo programa revolucionario debe tener como consigna central; ¡Abajo el rey o el presidente militar! ¡Por la república democrática!...
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