fujimori
Domingo, 08 de abril de 2012 | 5:00 am
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Fujimori no es un genio ni un tonto. Tampoco es el gran pacificador y el gran reformador del capitalismo como piensansus admiradores ni es solo el monstruo asesino y corrupto como piensan sus detractores.
A 20 años del golpe fujimorista es necesario poner las cosas en su lugar. Fujimori ha sido un modestoprofesor universitario de matemáticas que tenía grandes ambiciones y muy pocos escrúpulos para entrar al campo pantanoso de la política. Tampoco fue un protagonista de gestas históricas ni un pelele defuerzas oscuras. Fue un político mediano y mediocre que logró catalizar conflictos socio-políticos, miedos, esperanzas, situaciones, intereses, ambiciones políticas, voracidades económicas, y losexpresó en su persona (y en la de su congénere Montesinos) y en las políticas que desplegó. Fue un presidente que gobernó para los ricos con el apoyo de los pobres pues logró ensamblar más o menos bienel neoliberalismo con el neopopulismo.
El fujimorismo ha dejado de ser un referente puramente peruano para tener un alcance relativamente universal. En su momento se llegó a decir que Yeltsinera una especie de Fujimori ruso o que el candidato norteamericano Perot era el Fujimori norteamericano. El mismo calificativo ha sido usado para referirse a otros candidatos o presidenteslatinoamericanos que han llegado al gobierno sin contar con un partido que los respalde. El fujimorismo alude, pues, a un fenómeno político que es producto de la crisis de representación (de las diversas clasesen el campo de la política) que desguarnece a la sociedad, la desprotege y la pone en disponibilidad política para que cualquier individuo audaz y muchas veces mediocre termine apoderándose de ella.En este sentido, el fujimorismo no es obra de un hombre o de un genio político sino que es el resultado de una situación. Fujimori no era un político cuajado ni tenía un proyecto de gran...
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