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Nos podemos acercar a conocer la personalidad humana y espiritual del Buen Padre desde diversos ángulos complementarios: describir su perfil espiritual y descubrir el secreto más hondo de su fe, o ver cuál es la trayectoria y expresión de su pasión o celo apostólico, o también subrayar algunos rasgos humanos de su personalidad. Pero resulta difícil separar oaislar unos aspectos de otros; haremos un poco de todo.
De entrada, lo que más llama la atención a quien se acerca a su vida es la actividad impresionante que despliega, lo que podemos llamar el "celo apostólico".
A partir de su salida del granero de La Motte (20 de octubre de 1792) y hasta el 27 de marzo de 1837 que muere, le encontramos siempre ocupado: hasta mayo de 1802, al servicio de laIglesia en el entorno de Poitiers y al cuidado de la comunidad naciente, la futura Congregación; de 1802 a 1804, como vicario general en Mende; de 1805 a 1820, en la casa de Picpus, como director espiritual, profesor, predicador,...; de 1820 a 1826, como vicario general de Troyes y en las misiones populares diocesanas; de septiembre de 1826 a noviembre de 1833, como vicario general en Rouen y con laresponsabiidad de las misiones en tierras lejanas; de noviembre de 1833 hasta la fecha de su muerte, de nuevo en Picpus (París).
Toda una vida con el cuidado y la preocupación constante además por todas las comunidades y, desde 1826, la de las misiones de Oceanía y América, que estarán presentes en sus últimas palabras al morir: "Valparaíso... Gambier...".
¿Cuál es el secreto de una actividadtan impresionante?, ¿cuál es la fuente de su "celo", de su fidelidad?
Es la pregunta inevitable. Conocemos la pregunta que se hacía Gandhi ante la talla apostólica del P. Damián: "Merecería la pena buscar en qué fuente se alimenta este heroismo". Eso mismo nos preguntamos ahora en relación con el Buen Padre, cuya vida apostólica especialmente en los años de la Revolución Francesa estuvo ademásmarcada por el riesgo continuo.
La respuesta es rotunda: El secreto es la confianza, que nace y brota de la Eucaristía y que se expresa en la consagración a los Sagrados Corazones.
En uno de sus primeros sermones (1791) que se conservan, dice: " ... me echaré en los brazos de Jesucristo, .... estrecharé mi corazón contra su Corazón". Ya está ahí expresada su confianza incondicional e inquebrantableen Dios sólo. Una confianza en Dios, aprendida de niño en su familia y fortificada en las pruebas por las que aquélla pasó y su manera de afrontarlas, y puesta a prueba también al ver lo que va pasando en la sociedad y en la Iglesia, una confianza que será compartida con Enriqueta y vivida por la primera Comunidad.
Durante la Revolución Pedro Coudrin experimentó cada día la presenciaprovidencial de Dios con él. Más tarde, sentirá que es la mano de Dios la que conduce y sostiene "su Obra", como expresa en sus cartas. De ahí brota una alegría profunda y cara al futuro una confianza incondicional. Eso, aun contando con la pobreza extrema de las comunidades. Pase lo que pase.
La Eucaristía fue el sacramento de la cercanía del Buen Dios. El Buen Padre se había formado en la teología de sutiempo: da gran importancia al sacrificio de la misa, a la presencia real, a la grandeza del sacerdote, ... Pero él, al mismo tiempo, es visceralmente antijansenista: Dios no es terrible, es Amor. No está lejano, no es frío, es próximo y cercano. La Eucaristía es "Dios con nosotros", la Adoración es "nosotros con Dios".
La fuerza, la esperanza apostólica, el amor dispuesto a "abrazar el mundoentero", el "celo inflamado", .... todos esos rasgos de su perfil apostólico le vienen al P. Coudrin de la intensidad de su unión con Dios por medio de Jesucristo. Y lo mismo ocurrirá en la Congregación, en sus hijos. Baste citar lo que escribe el P. Damián el 26 de junio de 1886: "Sin la presencia constante de nuestro divino Maestro en mi pobre capilla, jamás hubiera podido perseverar en asociar...
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