Futbol
Es tal el gentío quefinalmente, en el entretiempo, por los parlantes anuncian que dejarán pasar a los hinchas a la tribuna visitante. El tipo traga saliva, como si alguien, en algún lado, estuviese acomodando piezas para quefinalmente sí pueda ir al sitio en el que siente que debe estar, para pensar y despedirse. Y cuando empieza el segundo tiempo, efectivamente, los policías de la infantería hacen un retén y dejanpasar, de a puñados, a los hinchas que esperan apretujados.
Entonces el tipo le da un abrazo a su amigo y se despide. No explica demasiado. Algo pregunta su amigo. Pero poco. Y el tipo necesita ir soloa donde va. Y el amigo lo entiende y saluda con un gesto, desde su lugar en la platea desbordada.
Cuando llega al portón que le va a dar acceso a la popular visitante, uno de los policías se locierra en las narices. El tipo maldice su mala estrella. Al final no va a poder. Tan cerca que estuvo de lograrlo, y no va a poder.
Y sin embargo, alguien que conoce al tipo, y que ha sido testigo...
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