Futurama
TICIOTL- La medicina prehispánicaedigraphic.com
Manuel Quijano Narezo
Esta columna tiene una deuda: desde hace dos años apare- ció un libro clave para la historia de la medicina mexicana y no se le ha dedicado un merecido comentario. Se trata de “TICIO- TL” (la medicina) de Carlos Viesca con el subtítulo de Con- ceptos médicos de los antiguos mexicanos, de 180 páginas, edición de la Facultad de Medicina de la UNAM. Después deconocer los estudios del padre Garibay, Miguel León Portilla y López Agustín, el autor se apasionó por la medicina de los pue- blos mesoamericanos (que seguramente, con variantes, era la misma en todo ese territorio) e intentó enfocarla librándose del espíritu que había pesado sobre todos los estudiosos previos desde el siglo XVI hasta bien entrado el XX: el propio modo de pensar de su educacióneuropea positivista que, el propio Al- fonso Caso, consideraba la mayor dificultad con que tropieza el investigador de culturas del pasado.
Efectivamente, los valiosos trabajos de los cronistas con- quistadores, los de Sahagún y Francisco Hernández –proto- médico de Felipe II y que estudió extensísimamente la botáni- ca local–, los de los primeros médicos que ejercieron en la segunda mitad del XVIformados en España pero reconfirma- dos en la Universidad aquí, hasta las respetables investiga- ciones de Nicolás León, Ocaranza, Chávez, y Germán Somoli- nos d’Ardois, no pueden desprenderse del hábito de compa- rar la medicina indígena con la importada de Europa a pesar, incluso, de una inconsciente simpatía hacia la americana y de reconocer el poco desarrollo de los conceptos hipocráticos ygalénicos que, después de veinte siglos, seguían consideran- do el desequilibrio de los humores como la base para la expli- cación de las enfermedades y la terapéutica.
Lo importante para Viesca era investigar el trasfondo con- ceptual, en íntima relación con la visión náhuatl del mundo, ubicar y sopesar exactamente el grado de pensamiento mági- co y la superstición dentro de la Ticiotl, paradejar de conside- rarla una práctica primitiva, exenta de racionalidad y de empi- rismo. Porque es evidente que existía empirismo en el recono- cimiento, selección, combinación y dosificación de sus remedios consistentes en plantas, minerales o animales. Pero, más allá del empirismo, Viesca se empeñó en dilucidar si había una “teoría” médica, cómo estaba estructurada, qué relación tenía con la visióndel mundo y con el todo social y cultural de los náhuas. En todos los tiempos y en todos los lugares, la medicina ha estado íntimamente conectada con el pensamien- to filosófico que norma la conducta humana; la medicina es
parte de los interrogantes que toda comunidad primitiva em- pieza en un momento a plantearse y de donde derivan los conceptos metafísicos
Al tratar de interpretar el...
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