Fútbol Como Apologia De La Guerra

Memorias de un padre dolorido

FÚTBOL COMO APOLOGÍA DE LA MUERTE

Querido hijo Juanito: Ya casi son diez años desde aquel 16 de octubre de 1996 te adelantaste en el camino a lo eterno. Quiero decirte que como padre me he sentido muy orgulloso de ti y que ahora rompo mi silencio para expresar algo de mis sentimientos ante la tragedia. No, no te preocupes que ya he llorado mi duelo y turecuerdo aunque vivo, mantiene un dolor normal y un agradecimiento a Dios por habernos visitado con tu presencia por veintiocho años. Se, amor mío, que no eras seguidor del fútbol, que ese día, en forma completamente contraria a tus costumbres, fuiste al partido de fútbol entre Guatemala y Costa Rica. ¡Qué puedo decirte hoy que no sepas tú!

Hijito mío, tu memoria reposa en mi corazón y vive enmis pensamientos al recordar los momentos lindos de tu niñez. Los momentos en que metido en tu corralito te enseñé a caminar, o cuando te enseñé a manejar bicicleta y te hundiste en un charco. Fuiste amado y sigues siéndolo por mi, tu hermano Manuel y tu hermana Domi.

Ya sabrás amado mío que en honor a tu dignidad no recibí el soborno que la Asociación de fútbol me quiso hacer y en realidad lohizo con la mayoría de padres y madres de aquellos que como tu murieron ese terrible día 16 de octubre de 1996 en el estadio. Te cuento que querían pagar mi silencio con Q28,000 de lo recaudado ese día en las taquillas. ¡Que frescura y falta de respeto! “Fue un accidente fortuito”, me dijo un fiscal del ministerio público. ¡Cómo iba a ser fortuito!, cuando la irresponsabilidad, corrupción y elafán de lucro hizo que metieran mas gente en el estadio. ¡Cómo iba a ser fortuito!, cuando el mercado negro que autoridades y mafiosos fomentan rellenó el graderío hasta más no poder. ¡Cómo iba a ser fortuito! cuando las instalaciones no llenaban los requisitos de seguridad. No, amado mío, no fue fortuito, sino o preterintencional, por decidía y corrupción.

En tu funeral, recordado y amadohijo, cuando algunos bien intencionados hermanos de la iglesia me daban el pésame diciendo: “Tenga fe, fue la voluntad de Dios” yo me revelé diciendo para mis adentros: esa no fue la voluntad de Dios sino la mala voluntad humana. Por lo menos de todos los actores directos e indirectos de esa tragedia. ¿Por qué echarle la responsabilidad a Dios de algo de lo cual los humanos somos los culpables? ¿Porqué juzgar y malinterpretar la soberanía de Dios con un poder arbitrario que supuestamente usa males para lograr bienes?

El Dios en el que yo creo y del cual tu ya estas gozando, es Dios de la vida, de no de la muerte. Por eso envió a su hijo, para darnos vida. No es el dios comodín que adormece las conciencias y que usa el recurso del miedo para normar, sino aquel que nos provee libertadpara que voluntariamente aceptemos su amistad y consuelo. El Dios a quien yo creo, al que le cuesta ver morir a los que le aman (Salmo 116.15) fue quien me consoló y me consuela en el dolor profundo de tu partida de este mundo.

Quiero que sepas mi querido Juanito, que al principio, muchas de las víctimas nos organizamos, pero por los intereses de siempre y el miedo de estar frente a una todapoderosa organización, la lucha se fue desmoronando y socavando como los deslaves de las laderas de nuestro país. Al final, nuestro juicio terminó en que los querellantes adhesivos deberíamos recibir el dinero de los que como tú, pagaron su entrada al ámbito de la muerte. Es decir, que el gobierno comparsa con los dirigentes del fútbol nacional compraban nuestro silencio y derecho a la justicia conel mismo dinero que tú y otros pagaron por ese desgraciado billete de entrada al estadio. A cambio, teníamos que firmar un acta de desistimiento.

Yo seguí en la lucha, pero por un truco técnico me sacaron de ser querellante adhesivo. ¡Cuánto me dolió que por el tecnicismo jurídico de no ratificar mi querella, fuera impedido a seguir clamando por justicia. Nunca recibí la notificación para...