García Márquez desarrolló un interés particular por el cine y la televisión, participando como guionista, mecenas y permitiendo la adaptación de su obra. Ya en su etapa juvenil en Barranquilla,conjuntamente con el pintor Enrique Grau,el escritor Álvaro Cepeda Samudio y el fotógrafo Nereo López, participó en la realización del cortometraje surrealista La langosta azul (1954). [52]Posteriormente, en los años cincuenta, estudió la carrera de cine en el Centro Sperimentale Di Cinematografia de Roma,teniendo como condiscípulos al argentino Fernando Birri y al cubano Julio García Espinosa,quemás tarde serían considerados fundadores de la llamada Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Estas tres personalidades han declarado en reiteradas oportunidades el impacto que supuso para ellosver la película Milagro en Milán de Vittorio de Sica,así como también asistir al nacimiento del neorrealismo italiano,tendencia que los hizo vislumbrar la posibilidad de realizar cine en América Latinasiguiendo las mismas técnicas. Es preciso anotar que esta estancia en Roma sirvió para que el escritor aprendiera varios de los entresijos que comporta el quehacer cinematográfico, en tanto y cuantocompartió largas horas de trabajo en moviola al lado del guionista Cesare Zavattini. Este particular afinó en García Márquez una precisión cinematográfica a la hora de narrar con imágenes, que mástarde usaría como parte de su trabajo en México, D.F.. García Márquez presidió desde 1986 la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que tiene sede en La Habana.
Se tiene conocimiento de que muchasobras cinematográficas mexicanas de los años 1960 fueron escritas por García Márquez, quien al igual que muchos intelectuales de la época firmó los guiones con seudónimo. Memorables son, en todo caso,El gallo de oro (1964), de Roberto Gavaldón, [53]
y Tiempo de morir (1966), de Arturo Ripstein. La primera, basada en el cuento homónimo de Juan Rulfo, coescrita junto con el propio autor y el...
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