gaia
GAIA, UNA NUEVA VISIÓN DE LA VIDA SOBRE LA TIERRA
J. E. Lovelock
GAIA, UNA NUEVA VISIÓN
DE LA VIDA SOBRE LA TIERRA
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J. E. Lovelock
GAIA, UNA NUEVA VISIÓN DE LA VIDA SOBRE LA TIERRA
EDICIONES ORBIS, S.A.
Título original: GAIA, a new look at Life on Earth
Traducción de Alberto Jiménez Rioja
Asesor científico de la colección: Pedro Puigdomènech
Direcciónde la colección: Virgilio Ortega
44
J. E. Lovelock
GAIA, UNA NUEVA VISIÓN DE LA VIDA SOBRE LA TIERRA
© 1979, J. E. Lovelock
Primera publicación por Oxford University Press
© 1983, Hermann Blume Ediciones
© Por la presente edición, Ediciones Orbis, S.A., 1985
Apartado de Correos 35432, Barcelona
ISBN: 84-7634-252-7 D.L.: B. 28759-1985
Impreso y encuadernado por
printer industriagráfica sa provenza 388 08025 barcelona
sant vicenç deis horts
Printed in Spain
Índice
Prefacio 4
1. Preliminares
8
2. En los comienzos
17
3. El reconocimiento de Gaia
32
4. Cibernética
43
5. La atmósfera contemporánea
55
6. El mar
70
7. Gaia y el hombre: El problema de la contaminación
87
8. Vivir en Gaia
99
9. Epílogo
Definiciones yexplicaciones de términos
121
Lecturas adicionales
44
113
124
J. E. Lovelock
GAIA, UNA NUEVA VISIÓN DE LA VIDA SOBRE LA TIERRA
Prefacio
El concepto de Madre Tierra o, con el término de los antiguos griegos,
Gaia* ha tenido enorme importancia a lo largo de toda la historia de la
humanidad, sirviendo de base a una creencia que aún existe junto a las
grandes religiones. Aconsecuencia de la acumulación de datos sobre el
entorno natural y de desarrollo de la ecología se ha especulado
recientemente sobre la posibilidad de que la biosfera sea algo más que
el conjunto de todos los seres vivos de la tierra, el mar y el aire. Cuando
la especie humana ha podido contemplar desde el espacio la refulgente
belleza de su planeta lo ha hecho con un asombro teñido de veneraciónque es el resultado de la fusión emocional de conocimiento moderno y
de creencias ancestrales. Este sentimiento, a despecho de su
intensidad, no es, sin embargo prueba de que la Madre Tierra sea algo
vivo. Tal supuesto, a semejanza de un dogma religioso, no es verificable
científicamente, por lo que, en su propio contexto, no puede ser objeto
de ulterior racionalización.
Los viajes espaciales,además de presentarnos la Tierra desde una
nueva perspectiva, han aportado una ingente masa de datos sobre su
atmósfera y su superficie, datos que están haciendo posible un mejor
entendimiento de las interacciones existentes entre las partes orgánicas
y las inertes del planeta. Ello es el origen de la hipótesis según la cual
la materia viviente de la Tierra y su aire, océanos y superficieforman un
sistema complejo al que puede considerarse como un organismo
individual capaz de mantener las condiciones que hacen posible la vida
en nuestro planeta.
Este libro es la narración personal de un recorrido por el espacio y el
tiempo en busca de pruebas para substanciar tal modelo de la Tierra,
una búsqueda que dio comienzo hace aproximadamente quince años y
cuyas exigencias me hanhecho penetrar en los dominios de muy
diferentes disciplinas científicas, de la zoología a la astronomía.
Tal género de excursiones no está exento de sobresaltos, porque la
separación entre las ciencias es empeño vehemente de sus respectivos
profesores y porque cada una de ellas se sirve de un lenguaje secreto al
que es necesario acceder. Por si esto fuera poco, un periplo de tal clase
sería,en circunstancias ordinarias, extravagantemente caro y muy poco
productivo en resultados científicos; sin embargo, del mismo modo que
entre las naciones continúan los intercambios comerciales aun en tiempo
de guerra, resulta posible para un químico adentrarse en terrenos tan
lejanos de su propia disciplina como la meteorología o la fisiología si
tiene algo que ofrecer a cambio, habitualmente...
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