Gajes
Me despedí como siempre lo hacía, de mi esposa y de mis hijoscomo si nunca fuera a regresar. Llegue a mi trabajo, lo que parecería ser una noche rutinaria y de patrullaje preventivo. Todos salimos a la calle como siempre a defender los derechos del ciudadano,aunque los nuestros sean violentados constantemente. Mi compañero y yo salimos a buscar reconocimiento de nuestras proezas, aunque son más las críticas de nuestros errores, Fuimos a chequear elmovimiento por San Isidro Loíza y La Central.
Jamás pensamos que al llegar a esa carretera oscura y arropada por sus majestuosos arboles, los cuales son los únicos testigos y confidentes de lo quepueda pasar allí. Jugaríamos tan de cerca con la muerte o podríamos acercarnos a uno de tantos compañeros que han muerto realizando su labor. Mientras transitábamos por la carretera nueve cinco uno(951) y solo nos acompañaba el Rio Grande de Loíza, observamos a un hombre portando un arma de fuego y le dimos el alto. Hizo caso omiso y me disparo, entonces se decidía quien vive. Sentí como micuerpo temblaba y vi como ese hombre cayó de rodillas ante mí.
Al terminar el blim, blam, pum, pan, puedo notar al hombre tendido en el suelo. Miro al vehículo y veo a mi compañero escondidodetrás de él, que me dice: ¿Estás bien?”. Acto seguido hago un chequeo de mi cuerpo veo la sangre y digo" coño no, este trafala me dio”.
De inmediato pienso; veré nuevamente a mis hijos; podrécaminar y compartir con ellos; realizare mis sueños; le podre servir de inspiración. Y lo único que me sale en ese momento es “llévame al hospital”.
Lo último que recuerdo fueron las luces, la...
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