Galileo
Apócrifa o no, la divisa se ajusta a Galileo por la actitud frente a la autoridad que representaba la Iglesia en las verdades de lafe, y frente a Ptolomeo y Aristóteles en las verdades de la ciencia, ambas verdades acordes con una visión del cosmos en el que la Tierra era el centro alrededor del cual rotaban el resto de cuerposcelestes, y no tanto por ser él quién hubiera planteado la alternativa, pues ésta es copernicana, ni porque la autoridad eclesiástica, entre la que se encontraban amistades y protectores del mismoGalileo, impidiera su estudio o divulgación, pues así se hacía sin problemas en occidente.
Efectivamente, el Renacimiento era un hervidero de ideas que replanteaban la visión global de la realidad, dela cual la misma Iglesia no era ajena, entre cuyos doctores figuraban no pocas eminencias en filosofía natural, y que tomaban la teoría heliocéntrica como una hipótesis que podía contemplarse, siempresin desbordar las fronteras de las matemáticas y la física, y en ningún caso poner en duda la realidad convenida en las Escrituras, que para ello tenía Roma censores para revisar y la Inquisiciónpara juzgar.
La defensa de la visión copernicana en la misma Roma por parte de un ya prestigioso Galileo, forzó en 1616 a su amigo el cardenal Belarmino a la admonición de no divulgar la teoríaheliocéntrica. Así lo hizo, retirándose a Florencia y manteniendo una buena relación con la Iglesia. No obstante, durante el pontificado del Papa Urbano VIII, con el que tuvo varias audiencias sobre el...
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