Gallego 1996 Arist_teles Ciudad Estado Asamblea Democr_tica libre
democrática. Reflexiones en tomo
al libro III de la Política
Julián GALLEGO
Universidad de Buenos Aires
Quienes recorran este artículo, deben asimismo considerar que no registra
sino las conclusiones de Runeberg, no su dialéctica y sus pruebas. Alguien
observará que la conclusión precedió sin duda a las «pruebas». ¿Quién se resigna a buscar pruebas dealgo no creído por él o cuya prédica no le importe?
Jorge Luis BORGES, Tres Versiones
de Judas.
RESUMEN
La Asamblea democrática constituye parael pensamiento político de Aristóteles una dificultad, puesto que la de asambleísta resulta ser una magistratura indefinida, que no se deja tomar exhaustivamente por los conceptos de koinonía y politela con los cuales el filósofo intenta definir lapólis. Esta singularidad de la
Asamblea democrática —visible en el razonamiento aristotélico a partir de las
inconsistencias de su argumentación— remite a las prácticas políticas concretas,
en las que puede percibirse una capacidad innovadora inusitada que imposibilita su
fijación en un píano conceptual inmutable.
SUMMARY
For Aristotle’s political thought the democratic Assembly involves a seriousdifflculty since the assemblyman comes out to be an undefined magistracy, situation that
objects being boxed up exhaustively by both concepts of koinonia and politeia with
which te philosopher tries to determine te polis. This singularity of te democratic
Assembly —evident issue in the Aristotelian reasoning as of bis argumentation’s
inconsistencies— remits to real political practices, in which can beperceived an unusual innovating skill that disables their fixation in mi iminutable conceptual plane.
Gerión. nY 14, 1996. Servicio de Publicaciones. Universidad Complutense. Madrid.
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Julián Gallego
Muy recientemente, un destacado historiador argentino ha señalado que
la «etapa de revolución era lo que en el lenguaje que ahora se ha hecho trivial podríamos decir la invención de lapolítica, es decir la creación de un
nuevo tipo de actividad que crea nuevos tipos de conexiones; cómo esos
nuevos tipos de conexiones que se establecen sobre la base de conexiones
previas, cómo relaciones de lo social, basadas en un prestigio entre social y
cultural, van a concretarse en relaciones políticas». Con esto se refería a su
propio análisis sobre las consecuencias de lo que en mi país seconmemora
como Revolución de Mayo. Llama la atención su constatación —que, por
cierto, no carece de fundamento— de que hablar de invención de la política resulta hoy día algo trivial. ¿Qué ha sucedido para que pueda afirmarse
esto? ¿Por qué la invención de la política resulta ahora un tópos vulgar, casi
sin importancia? El propio autor nos lo dice: «Como no hay alternativas de
fondo, el debate ideológicose hace poco interesante. Hoy no hay disenso
sobre el pasado porque no lo hay sobre el presente» k
No parece improbable que esto se deba a que, en la actualidad, la razón
democrática impera todopoderosa en nuestro universo cultural. Y si bien la
reflexión acerca de este fenómeno requiere de los estudiosos todo tipo de
esfuerzos para tratar de discernir qué ha sido la democracia anteriormente
encuanto a sus prácticas y sus instituciones, cómo se la ha teorizado, cuáles son sus variantes contemporáneas, e, incluso, «qué debería significar
hoy en día» 2, sin embargo, estos esfuerzos no conducen más que a un uníco y evidente objetivo: constituir el reinado de la democracia en el ¡dios
mismo de la historia, un anhelado deseo por fin satisfecho.
Pero nuestra perspectiva de la situación actuales muy otra: se trata de
la crisis de la política, tema ciertamente muy nombrado que, de todos
modos, es necesario retomar aquí. Dicho de otra manera: ¿afecta todo esto
a nuestra visión de la política antigua? Debemos comenzar por reconocer
que siempre, necesariamente, ya sea explícita o implícitamente, ha de existir alguna perspectiva conceptual contemporánea en una interpretación del
mundo...
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