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La Sociedad Teledirigida
La televisión tiene años instalada en nuestra cotidianidad. Desde entonces se habla de una decadencia dramática e irreversible de la era tipográfica y un ascenso imparable de la era de la televisión que conlleva a su vez un cambio en el contenido y el significado del discurso público.
Uno de los analíticos más recurridos con respecto a esta temáticaes Giovanni Sartori (Florencia, 1924), cuyo trabajo académico gira en torno a la ciencia política y al papel de los medios de comunicación en la sociedad actual. Los últimos libros de su autoría publicados en español son, entre otros: La tierra explota. Superpoblación y desarrollo (2003) y Video política. Medios, información y democracia de sondeo (2005).
El libro de su autoría 'HomoVidens, la sociedad teledirigida' (2001), es imprescindible para entender los procesos sociales que desencadena y altera la inclusión de la televisión en nuestras vidas. En dicho libro, Sartori advierte sobre la pérdida de reflexión y la capacidad de hacer abstracciones que convierten poco a poco, y sin retorno, al ‘Homo sapiens’ en una criatura capaz de mirar pero que no entiende aquello que mira.Tres son los apartados en los que el autor desglosa su propuesta. En el primero de ellos, en el que aborda la primacía de la imagen, describe el proceso que ha llevado a la televisión a filtrarse en la cotidianidad humana cautivada primero por la televisión y luego por el internet. En el segundo apartado se habla de las repercusiones de la televisión en la percepción de la realidad y el usoinstitucional de los medios de comunicación con respecto a la manipulación de las masas. El tercer apartado se refiere a la democracia y su desmoronamiento frente a la supremacía de la televisión.
La tesis que fundamenta el libro parte del hecho que los niños ven la televisión durante horas y horas mucho antes de aprender a leer y escribir y que por ello, al paso de los años, el hombre no es másque un animal simbólico que ya no tiene “la capacidad para sostener y menos aún para alimentar el mundo construido por el homo sapiens”
(p. 146).
Es precisamente con esta clasificación a la especie humana otorgada por Línneo y que realza su capacidad simbólica como inicia Sartori la exposición de su propuesta. Retomando las palabras de Ernst Cassier, el hombre habita un universosimbólico que se refuerza con cualquier progreso humano en el campo del pensamiento.
Esa capacidad simbólica del hombre se refleja en su lenguaje, en su “capacidad de comunicar mediante una articulación de sonidos y signos significantes, provistos de significado” (p. 24). El lenguaje no sólo es un instrumento del comunicar sino también del pensar. Y aquí el primer señalamiento de Sartori: parapensar no se necesita ver. Un ciego con el obstáculo de no saber ni escribir tiene un soporte menor del saber escrito pero no por el hecho de no ver las cosas que piensa, pero además las cosas que pensamos no son visibles para nadie.
Con la invención del telégrafo y luego el teléfono, comenzó la era de la comunicación inmediata, pero fue la radio que añadió con la novedad de poder escucharla voz, una nueva forma de comunicar sin menoscabar el lenguaje: lo que transmitía siempre era dicho con palabras. La ruptura se dio a mediados del siglo pasado con la llegada del televisor: el telespectador más que simbólico, es un animal VIDENTE, para él las cosas se representan en imágenes y éstas valen más que las palabras.
Para Sartori la primacía de la palabra sobre la imagen escatastrófica: la palabra es un símbolo que se resuelve en lo que significa y que sólo puede ser entendida en el lenguaje al que pertenece, por el contrario, la imagen se ve y eso pareciera ser suficiente para anular la capacidad de abstracción de la audiencia que absorbe imágenes y sus contenidos sin reparo. Y es que a decir del autor “la televisión produce imágenes y anula los conceptos, y de ese...
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