gamorra
Páginas: 423 (105522 palabras)
Publicado: 17 de marzo de 2013
Gomorra
T r a d u c c i ón d e
Teresa Clavel y Francisco J. Ramos
Roberto Saviano nació en 1979 en Nápoles, donde vivía y trabajaba hasta que en
septiembre de 2006 el éxito de Gomorra, su primer libro, en el que cita nombres y
lugares, le ha obligado a vivir oculto y bajo protección policial permanente. Miembro
del grupo de estudios sobre la Ca morra y la ilegalidad, ycolaborador de los periódicos
Il Manifesto e Il Corriere del Mezzogiorno, sus narraciones y reportajes han aparecido
en numerosas publicaciones y antologías.
Para S., maldición
Comprender qué significa lo atroz, no negar su existencia, afrontar sin prejuicios la realidad.
HANNAH ARENDT
Los que vencen, cualesquiera que sean los medios empleados, nunca se avergüenzan.
NICOLÁS MAQUIAVELOLa gente es escoria y debe seguir siendo escoria.
De una grabación de un teléfono pinchado
El mundo es tuyo.
El precio del poder, 1983
El puerto
El contenedor se balanceaba mientras la grúa lo transportaba hacia el barco.
Como si estuviera flotando en el aire, el spreader, el mecanis mo qué engancha el
c ontenedor a la grúa, no lograba controlar el movimiento. Las puertas mal
cerradas se abrieron de golpe y empe zaron a llover decenas de cuerpos. Parecían
maniquíes. Pero en el suelo las cabezas se partían corno si fueran cráneos de
verdad. Y eran cráneos. Del contenedor salían hombres y mujeres. También algunos
niños. Muertos. Congelados, muy juntos, uno sobre otro. En fila, a pretujados
c omo sardinas en lata. Eran los chinos que no mueren nunca. Los eternos que sepasan los documentos de uno a otro. Ahí es donde habían acabado. Los cuerpos que
las imaginaciones más calenturientas suponían cocinados en los restaurantes,
enterrados en los huertos de los alrededores de las fábricas, arrojados por la boca
del Vesubio. Estaban allí. Caían del c ontenedor a decenas, con el nom bre escrito
en una tarjeta atada a un cordón colgado del cuello. To dos habían ahorradopara
que los enterraran en su ciudad natal, en China. Dejaban que les retuviesen un
porcentaje del sueldo y, a cambio, tenían garanti zado un viaje de regreso una vez
muertos. Un espacio en un contenedor y un agujero en un pedazo de tierra china.
Cuando el hombre que manejaba la grúa del puerto me lo contó, se tapó la cara
c on las manos y siguió mirándome a través del espacio que habíadejado entre los
dedos. Como si aquella máscara de manos le infundiera valor para hablar. Había
visto caer cuerpos y ni siquie ra había tenido que dar la voz de alarma, que avisar a
nadie. Simplemente había depositado el contenedor en el suelo, y decenas de personas surgidas de la nada los habían metido todos dentro y habían retirado los restos
con un aspirador. Así era como funcionaban las cosas. Todavía no acababa de
c reérselo, esperaba que fuese una aluci nación debido al exceso de horas
extraordinaria s. Juntó los dedos para taparse la cara por completo y prosiguió su
relato gimoteando, pero yo ya no entendí lo que decía.
T odo lo que existe pasa por aquí. Por el puerto de Nápoles. No hay producto
manufacturado, tela, artículo de plástico, juguete, martillo, zapato,destornillador,
perno, videojuego, chaqueta, pantalón, taladro o reloj que no pase por el puerto. El
puerto de Nápoles es una heri da. Ancha. Punto final de los interminables vi ajes de
las mercancías. Los barcos llegan, entran en el golfo y se acercan a la dársena
c omo c achorros a las ubres, con la diferencia de que no tienen que succio nar sino,
por el contrario, ser ordeñados. El puerto deNápoles es el agujero del mapamundi
po r donde sale lo que se produce en China, o Extremo Oriente, como todavía se
divierten en llamarlo los cro nistas. Extremo. Lejanísimo. Casi inimaginable. Si uno
c ierra los ojos ve kimonos, la barba de Marco Polo y una pierna levantada de Bru ce
Lee dando u na patada. En realidad, ese Oriente está más unido al puerto de
Nápoles que ningún otro lugar. Aquí,...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.