garcia moreno
García Moreno había fusilado, ultrajado, asesinado y desterrado a la mayoría de sus opositores. Nadie podía oponerse a su voluntad absoluta sin sufrir las terribles consecuencias de su ira vengadora. “Era el dueño... El amo del país”.
Finalmente la situación hizo crisis en un brillante y soleado día, cuando luego deconcluir el mensaje que debía leer al instalarse el nuevo Congreso Nacional, el presidente García Moreno salió con su esposa de su casa, situada en el barrio de Santo Domingo, y acompañado de su edecán el Crnel. Manuel Pallares y dos secretarios de su confianza, se trasladó a la casa de su suegra, donde en grata tertulia familiar permaneció durante más de una hora.
Luego de despedirse de susfamiliares salió nuevamente a la calle para dirigirse al Palacio de Gobierno. Al pasar por la catedral entró a orar según su diaria costumbre, pues era hombre de gran fe y profundos sentimientos religiosos.
Acechando su paso, en la plaza y en el atrio de la catedral se encontraban -un poco dispersos para no llamar la atención- la mayoría de los confabulados. Por un lado, Roberto Andrade, Manuel Cornejo,Abelardo Moncayo y Manuel Polanco; y más allá, tratando de permanecer semiocultos, algunos militares que habían sufrido la ira del mandatario; Bermeo, Molina, Guerra y Gonzáles; y por supuesto, en algún lugar, Faustino Lemus Rayo.
Al poco rato García Moreno salió de la catedral y se dirigió al Palacio de Gobierno sin percatarse de que era seguido muy de cerca por Andrade, Moncayo y Cornejo;mientras de frente, hacia él, avanzaba Rayo, quien al cruzarse lo saludó cínicamente.
El presidente no sospechaba lo que estaba ocurriendo, hasta que de pronto escuchó a su espalda la voz de Rayo que le gritó: “...tirano”. El mandatario giró para enfrentar a su enemigo cuando recibió el primer machetazo en la frente; inmediatamente Andrade y Moncayo inmovilizaron con sus armas al edecán Pallares,mientras el verdugo continuaba descargando sobre su cuerpo y cabeza el machete asesino.
“Al fin llegó tu día bandido... Tirano de la libertad... Muere... Muere jesuita con casaca...” gritaban los asesinos, mientras el presidente, con el rostro ensangrentado, retrocedía tratando de ganar una de las entradas laterales del Palacio, al tiempo que balbuceaba entrecortadamente: “Dios no muere”. EntoncesAndrade soltó al edecán y se adelantó a García Moreno esperándolo con su revólver junto a la puerta; “Libertad...” grita, mientras dispara su arma hiriéndolo en la frente.
“Trastabillando, ciego por la sangre que llena su rostro, alcanza, en busca de una columna en donde apoyarse, el filo de la galería. Rayo lo empuja violentamente y él cae de cabeza y rueda por los escalones y la angosta acerahasta el empedrado de la calle. Los criminales que le contemplan desde la columna, exclaman: “Viva la Patria...! Hemos Matado al Tirano” (Gálvez.- Vida de don Gabriel García Moreno).
Agonizante, García Moreno fue rodeado por algunas personas compasivas que trataron de ayudarlo, pero sus victimarios, sedientos de sangre y venganza, las apartaron violentamente para que Rayo continúe descargando los...
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