Gatt Y Omc

Cuando ìos econoiuistas se exceclen al dar una visión indiscutible- ineuie favorable de la globalización presentando un razoaamiento incompkto，no sólo pierden la oportunidad de educar a la pobla- ción, tainbicn píerden creclibilidad. Se les empieza a ver como de- feiisores o mercenarios de las “élites apátridas” cuyo úuico interés es eliuùuaí. impedimentos a sus operaciones internacionales. Estono sería tan terrible si el análisis económico no tuviera tanto que ofrecer. Aplicado con una buena dosis de sentido común，nos habría preparaclo para los errores que hemos experixnentaclo en la globa- lización. Y’ empleado adecuadamente, el análisìs econóniico puecle llevarnos por la cìirección correcta hacia las soluciones. Diseńar un mejor equilibrio entre los Estados y los mercados ~una mejorgloba- ìizadón- no signifìca echar por la borda la economía convencional. En realidad, nos obliga a que le prestemos más aiención,. La teoría ecoaómìca que necesilamos es la del tipo “curso de economía”，no la del tipo “simplifìcadón para la prensa”. Es una teoría econóaiica que reconoce sus limitaciones y salvedacles y sabe que el mensaje correcto clepencle deì contexto. La letra pequeńa esprecisamente lo que los ecoijomistas pueden aportar. Espero que el lector esté de acuerdo en que ese tipo de pensamiento económico es posible y qv\e tenga nna mejor opinión cle la teoría económica (aunque no necesadaniente de los econornistas) al terminar este libro.
Bretton Woods, el GATT y la OMC Comerdo en un mundo polítizado
La política comercial es conflictiva ea términos políticos porque íie- neconsecuencias importantes sobre ía distribucíón interior de la reii- ta y porque contrapone valores e instituciones que pneclen ser ìmiy disLintos en los países implicados. Nacla de esto importaría mucho si las políticas coinerciales pudieran aislarse de las políticas nacionales y fueran solo un asunto que concerniera a ios expertos —ia fantasía del economista del libre cometxio-. Nunca ha sido eseel mundo doncle vivimos; ni es probable que nos encontremos en i川 inimdo así en un futuro cercano. Bajo el mercantilismo, ia política comercial y ìa polí- tica nacional eraii una rnisma cosa, como heinos vislo. Incluso en el apugeo del liberalisnio económico clurante el siglo xix, el aislamien- to de ias políticas comerciaìes del resto de las polítlcas de un país ocurrió brevemente y elproteccionismo comercial hizo una rápida ìeaparición en cuanto cayeron los precios agrícolas. La polidzación de las políticas conierciales tuvo un momerito álgiclo en el periodo de enUegiLerras. La incapacidad de los gobienios para responder a las quejas de sus einprcsas, trabajadores y campesitios en el coatexí:o cle una econorrna abierta con.íribuyó a la Gran Depresión.
Mienlras la Seguncla GuerraMnndial Ilegaba a su fm, John May- nard Keynes y Harry Dexter Whìte bviscaban fonnas clc lograr 3a cua- dratnra clel círculo. ;Cómo podría restaurarse una economía global abierta exi un mumlo en eì que predominaban las políticas naciona- les? Keynes, el profcsor inglés, ya era reconocìdo como el cc:onomista más destacado cie su generación y como un aguclo cornentarista so- bre la política contemporáneay los políticos. White era un funciona- rio muy respetado clel Tesoro de Estaclos Unidos del que rnás tarde se descubrió que liabía pasado infonnación secreta a los soviéticos antes y duranle la Seguncla Guerra Mundíal. Ambos estaban dispucstos a evitar los errores del periodo cle entreguerras. Como reflejo de la supremacía económica estadounidense, Wiite, en particular, se incli- naba por liberar】a ecooornía munclial de las grancles restricciones y controles impuestos durante el periodo de entreguerras y endureci- dos todavía más durante la guerra. Pero estos dos hombres notables eran también realistas y comprendieron que las reglas clel comercio internacional (y el dinero internacional, al que volveremos en el ca- pítulo siguiente) necesitaban carnbiar. Prescribir una apertura eco~...