Gaymer

Si me lo permiten, quisiera hablar a título personal. Como saben muchos, he sido adversario del Presidente Hugo Chávez desde aquella lejana madrugada del 4 de febrero de 1992,cuando se alzó en una cruenta intentona golpista contra el Presidente Constitucional de ese momento Carlos Andrés Pérez, y he mantenido esa línea a lo largo de todos estos años.Ayer, sin embargo, me ocurrió una circunstancia muy particular, de esas que pareciera que las depara el destino. Estaba en un acto escolar de mi hija, y tan pronto nos enteramos de lanoticia, pues vinimos a casa. Nos tocó darle la cola a una amiga de mi hija. La amiga es una militante fervorosa del chavismo, de la revolución. Venía en el carro y llorabadesconsoladamente, como entiendo han llorado muchos venezolanos. Me tocó entonces escucharla en silencio, ofrecer algún consuelo a las lagrimas y ser solidario inmensamente con su dolor.Creo que es esta la hora que nos toca.

Estamos amaneciendo luego de una muy fuerte resaca, lo que Hugo Chávez significó para el país fue un huracán que tardaremos muchos años,lustros, décadas quizás, en poder entender y asimilar a plenitud. Por lo pronto, hay que entender que hay un país que le quiso, le siguió, le idolatró, y ese país es nuestro también. Esinclusive el país de los que hemos adversado sin descanso a Hugo Chávez y todo lo que él significa. No sé cuántas muchachas, como la de ayer en mi carro, habrán en el país, sé queson muchas, sé que son muchos los venezolanos y todos ellos merecen en este momento nuestro abrazo, nuestra palabra de consuelo, nuestra condolencia.

Para el día de hoy, el demañana, el de pasado mañana, para eso que llaman el futuro, el país inmenso al que pertenecemos nos necesita a todos muy unidos y ojalá, a partir de ahora, esa unión sea verdad.