gays porteños en la dictadura

FIESTAS, BAÑOS Y EXILIOS
Flavio Rapisardi y Alejandro Modarelli

LOS GAYS PORTEÑOS EN LA ÚLTIMA DICTADURA


LA LEO

“El mas discreto y de mucho publico de viejos. Era una joda loca. Corrías las cortinas y era un revoltijo de cuerpo. Si le dabas un “extra” al acomodador, te avisaba si llegaba la cana. El método que usaba era de alumbrar al techo, hacer luces, y todas nos poníamos a mirarla película sin entender de que se trataba – no eran pornográficas-. A veces me escapaba del laburo y me instalaba ahí. Durante meses, años, daban, me acuerdo, Nace una estrella, con Barbra Streisand y Verano del 42. una vez me llevaron del Rosamarie, era como un segundo hogar, casi como la escuela. Me dormí y me despertó un policía. Me llevaron a la Comisaria I. tenia un pantalón súper ajustado.Me llevaron a mi y a nueve maricas mas. El comisario me dijo que yo era puto, y el conteste que no. Que, en todo caso, me revisase un medico. Yo era muy joven, no me habían penetrado, todavía, y pensé que esa seria una prueba clínica; al menos era el mito que circulaba antes de entrar a la colimba. A todos nos pusieron en el inciso 2º H, que era una contravención por supuesto escándalo en lugarespúblicos”

“En aquella época era mas divertido, el publico mas mezclado. Veías varones bien varones por un lado, y mariquitas bien mariquitas por el otro, en cruce permanente. Ahora en cambio solo gay contra gay”

EL DOCTOR

“Los que íbamos a las teteras teníamos todos un código de juego en común. Gestos, frases cortas, distribución de los espacios y gente que hacia de campana, generalmentevoyeurs. Era todo silencioso, de sobreentendidos. De ese juego no participaba nadie que no quisiera. Y apenas entraba alguien extraño al ritual, nos deteníamos. Los códigos de peligro funcionaban en forma automática. Cuando se abría la puerta, todos dejaban de hacer y se separaban. Podían pasar dos cosas: que el tipo que había entrado era un entendido y al percibir de inmediato un clima para élfamiliar dijera con el gesto “sigan, sigan”. O que fuera un nada que ver, que ha pesar de sospechar que algo ahí paso o iba a pasar, hiciera sus necesidades y se fuera. Por supuesto, existía la amenaza de que el supuesto entendido fuese en realidad un cana, o un chantajista, o la mayoría de las veces las dos cosas”
“con respecto a nuestra preferencia por los menores de edad, hay toda una ficción alrespecto, a los gays nos atemoriza tener sexo con menores, por las consecuencias penales, incluso son ellos mismos los que te piden, a veces con desesperación. Hablo de adolescentes, los prepuberes son como un planeta imposible de visitar e incluso diría que no resultan para la mayoría de nosotras cuerpos excitantes. Además, en general, estos entran con el padre. Por ejemplo, yo me inicie a losdiecisiete años, en el 78, cuando ya tenia muy en claro que me gustaban los hombre. Siempre me habían producido atracción los graffitis de los baños, me calentaba con esos supuestos carteles de encuentro, con las preposiciones de los que se anunciaban de superdotados y las respuestas que otros les dejaban escritas. Empecé a quedarme cada vez mas tiempo en los baños, a mostrar la erección, hasta queen una oportunidad un tipo me hizo señas y yo consentí en hacérmela chupar. Tiempo después, cuando ya estaba haciendo el ingreso a la Facultad de Medicina, fui a una tetera de Santa Fe y Pueyrredon. Volvía periódicamente y con miedo que entrase la policía o alguien que no tuviese nada que ver”



“Era el año 79, cuando todavía estaba haciendo el curso de ingreso a Medicina. Volvía de unaclase en la Academia y me metí en un café Paulista donde, según me había enterado por un articulo periodístico, se congregaban homosexuales, como solía escribirse en ese tiempo de relatos. Entre al baño y vi a dos hombres, uno que se encerró en un retrete, y otro medio viajo, que mientras yo me retrasaba en el mingitorio, me espiaba a través de un espejo. De pronto entro un tercero, vociferando que...