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“THE BLACK KEYS”

A veces, cuando tengo demasiados pensamientos en mi cabeza retumbando una y otra vez, me acuesto de espaldas al césped de mi patio trasero y miro hacia arriba. Hacia el cielo iluminado por un centellar de estrellas, cada una resplandeciendo con un único brillo juguetón, como si fueran conscientes de lo especial que vuelven al universo. Me quedo fijamente observándolas, porhoras, hasta que me he olvidado de todo por completo. Tan solo absorta por la única cosa que el hombre aún no ha podido dañar del todo. Y envidiando el cielo mismo porque allá todo está en orden, porque todo se pierde en un infinito en el que no existen problemas o lágrimas por las que preocuparse. Y en donde cada luz se envuelve en una esfera llena de vida y tranquilidad. Una esfera en la que megusta encerrarme cada que necesito reemplazar los pensamientos agotadores, por otros que me llenen de dicha y tranquilidad. Tratando de pensar en cualquier cosa que me haga feliz, por más pequeña que sea.
Cuando era una niña, cada vez que alguien me preguntaba que quería ser cuando sea grande, yo los miraba con una sonrisa enorme que mostraba todos mis dientes y con un brillo especial en mis ojos,y luego, con toda la seguridad del mundo, como si fuera tan fácil como comerse un dulce, les respondía que quería ser astronauta. Me maravillaba la idea de poder escapar a otro espacio, uno en el que no existía nadie más que yo misma, me imaginaba sentada en el centro de la luna, observando cada planeta que tenía mi alrededor, cada cometa y cada estrella que me sonreían haciéndome sentir en casa,ver todo desde arriba, como si estuviera atrapada en un pequeño mundo perfecto, un cristal donde entonces todo me parecería muy lejano, donde nada ni nadie puede alcanzarme. Puedo recordar el orgullo y sinceridad con la que pronunciaba esas palabras aún después de diez años, naturalmente ahora que tengo diecisiete mi mentalidad y mis metas han cambiado bastante. Me sigue interesando, porsupuesto, todo lo que tiene que ver con el universo que nos rodea, pero ahora el ser astronauta no es algo que me llame en realidad la atención. Si les soy sincera, creo más probable que mi carrera como pianista profesional se eleve antes de imaginarme a mí misma en una nave especial. Aislada de todo rastro de humanidad. El simple hecho de pensar en eso me asusta. Pero cuando eres tan sólo una niña no vesmás allá de cómo son en realidad tus sueños.
La brisa de la dominante ciudad de Londres se adentra por mis poros, haciéndome sentir adormecida por el amable sonido que hace con cada ráfaga de viento, y sintiéndome al mismo tiempo, a salvo de todo lo que unos minutos antes sentía que podía dañarme. Amo esta parte de mi hogar cuando es de noche. Es un lugar especial cuando quiero estar tan soloconmigo misma y sin oír voces de nadie más que de mi propia conciencia.
Tengo mis manos entrelazadas a la vez que descansan en mi vientre, mientras mis piernas están tendidas en toda su longitud sobre el césped verde del patio trasero de mi casa. Tengo mis auriculares puestos y “Iris” de Goo Goo Dolls está sonando en mis oídos. Mi vestido rosa está levantado ligeramente a la altura de mis rodillasy estoy comenzando a sentir frío. Pero no me importa en lo absoluto. Quiero quedarme aquí hasta que amanezca si es posible. Aunque sé que claramente eso no pasará.
Hecho un vistazo a mi iPhone para ver la hora que es, y veo que ya es más de media noche, me sorprendo un poco pues cuándo decidí tenderme aquí eran apenas las diez y media. Supongo que el tiempo pasa más rápido cuando no estoypreocupándome por todo. Me levanto del fresco césped mientras tarareo en voz baja la canción.
-You’re the closest to heaven that i’ll ever be, and I don´t want to go home right know.
Entro con pasos delicados al living de mi casa y cierro la puerta tras de mi sin hacer el menor ruido posible, sé que mis padres ya están dormidos así que no quiero despertarlos y mucho menos que me reprendan por seguir...