eN UNO de sus mejores momentos, llenándose de la vitalidad de la campiña, Fausto anuncia lo siguiente: "Declina el Sol y se hunde en el ocaso; el día ha fenecido; pero el radiante astro, siguiendo sucarrera veloz, despierta en otros parajes una nueva vida." (Goethe, Fausto, La tragedia, Primera parte). Mientras que Mefistófeles, frustrado, confiesa: "Y tocante a la maldita materia, semillero deanimales y hombres, no hay medio absolutamente de dominarla. ¡Cuántos y cuántos no he enterrado ya! Y a pesar de todo, siempre circula una sangre fresca y nueva." (Goethe, ídem). Así con las estrellasy las ideas, que en un ciclo que parece inagotable llegan a su fin para ser reemplazadas por otras a las que espera el mismo destino. En este capítulo veremos cómo las estrellas inducen la formaciónde sus sucesoras, cómo el material del que se desprenden permanentemente durante su existencia y siembran con violencia al anticipar el advenimiento de su muerte, es cosechado por nuevas generacionesestelares. También veremos cómo el pulso de este ciclo vital de dimensión cósmica se torna cada día más débil. En el dilatado telar del tiempo acabará por enmudecer. Y así, al cabo de miles de milesde millones de años, ya no habrá más estrellas, y con ellas se irá la inteligencia que, cobijada por su calor, pudo comprender medianamente el tejido del Universo.
LA HISTORIA SIN FIN, Y EL FIN DELA HISTORIA
A la una de la mañana del 8 de febrero de 1969, un gran meteorito de casi dos toneladas se fragmentó y dispersó cerca de Allende, un pequeño pueblo vecino a la ciudad de Parral, en laque fue asesinado el famoso Francisco Villa. En ese entonces se acababan de acondicionar excelentes laboratorios para estudiar las primeras piedras lunares, de modo que las muestras que pudieronobtenerse del meteorito fueron analizadas como nunca antes. De los muchos resultados obtenidos mediante el estudio de este tesoro cósmico hubo uno que causó un efecto particularmente profundo, pues de...
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