geo poli
camino real y tomó una veredita que conducía a la caja del río que atraviesa la población,
después deencajarse entre dos bordes altos y llenos de maleza, de cactos y de árboles
silvestres, desemboca en un terreno llano y arenoso, antes de correr entre las dos hileras de
extensas y espesísimas huertasque lo flanquean en la población. Allí la luna daba de lleno
sobre el campo, rielando en las aguas cristalinas del río, y a su luz pudo verse
perfectamente al jinete misterioso que había bajado dela montaña.
Era un joven como de treinta años, alto, bien proporcionado, de espaldas hercúleas y
cubierto literalmente de plata. El caballo que montaba era un soberbio alazán, de buena¿Casarme? ¿Y con quién?
--¿Cómo con quién? –replicó la madre, en tono de dulce reconvención- Tú sabes muy
bien que Nicolás te quiere, que se consideraría dichoso si le dijeras que sí, que el pobrecitohace más de dos años que viene a vernos día con día, sin que le estorben ni los aguaceros,
ni los peligros, ni tus desaires tan frecuentes y tan injustos, y todo porque tiene esperanzas
de que teconvenzas de su cariño, de que te ablandes, de que consientas en ser su esposa…
-¡Ah!, en eso habíamos de acabar, mamacita –interrumpió vivamente Manuela, que
desde las últimas palabras de laseñora no había disimulado su disgusto--; debí haberlo
adivinado desde el principio; siempre me hablas de Nicolás; siempre me propones el
casamiento con él, como el único remedio de nuestra malasituación, como si no hubiera
otro…
-¿Pero cuál otro, muchacha?
-El de irnos a México con mi tío, el de vivir como hasta aquí, el de escondernos cuando
hay peligro.
-¿Pero tú ves que tu tío noviene, que nosotras no podemos irnos solas a México, que
confiarnos a otra persona es peligrosísimo en estos tiempos en que los caminos están llenos
de plateados, que podrían tener aviso y...
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