Geografia
Como apagando toda ilusión y felicidad luego de tan gratificante acontecimiento, recibí la desgarradora noticia de que nos iríamos en busca deotros porvenires, dejando nuestro pueblo, el país, nuestras costumbres, nuestras raíces.
En ese tiempo yo tenía 15 años, era un cambio brusco para mí, la ciudad, el idioma, el clima, las tradiciones. Nunca entendí bien el porqué de nuestra partida, ¿por qué tan rápido y sin explicaciones? Y, lo más importante, lo que más me daba vueltas en la cabeza: ¿Por qué mi hermano, Martín, no fue connosotros? Durante mi adolescencia y juventud, tenía muchas preguntas que hacerles a mis padres aunque no recibían respuesta a cambio. Y así crecí. Con mucha incertidumbre en mi corazón por aquel ser inolvidable: mi hermano.
De aquel acontecimiento significativo para todos los habitantes de Laguna Blanca pasaron 25 años, era el día que se abriría la capsula, el día que había programado volver a mipueblo.
Ya hace un par de días que estoy de vuelta en mi ciudad, las cosas han cambiado un poco, como yo, que ésta vez estoy ya con mis dos hijos.
Mi vieja escuela de frontera ahora es un edificio moderno, en el que en lugar de pizarrones hay pantallas que son manejadas desde computadoras; del gran patio verde solo queda una pequeña porción, en vez de eso hay salas con juegos, aparatos electrónicos,etc. La plaza es un gran salón con play station, Xbox y computadoras; también están las hamacas y toboganes pero creo que no los usan tanto como antes. Las calles están casi todas asfaltadas…
La emoción que me produjo el momento en el que retiraron la capsula fue inexplicable, los recuerdos me invadían y formaban como una película en mi mente. Recuerdo todas las cosas que se guardaron allí,anhelaba desde hace ya mucho tiempo que mis hijos vean donde crecí, como nos divertíamos de niños ,las actividades que teníamos, los eventos, todo...
Fuimos viendo todas las cosas en una pantalla gigante, los recuerdos estaban vivos como si no hubiera pasado mas de una semana, me parecía estar en el multiuso viendo un partido de volley, o en la cancha mientras mis amigos jugaban al futbol, oescuchar a Marco Antonio Benítez cantar las canciones que el mismo escribe para su pueblo, su provincia, esas canciones que te llegan y tocan lo mas profundo del alma, ese “Vengan formoseños, vengan no se vayan”… Y me veo en ese escenario, todos esos años que bailé en la apertura de la Fiesta Nacional del Pomelo, hasta podía sentir las mismas sensaciones que me producía enfrentarme a ese marco imponentede público integrando ese ballet, ese grupo de amigos….
Hasta que empezó un video que, era lo único que no recordaba que lo hayan guardado, era del Festival del chamamé, me corrió un sensación tan extraña por todo el cuerpo y ahí me ví, bailando con mi hermano…
Mis hijos me preguntaron por qué lloraba, y no pude explicarles, Martín tiene 12 años y Agustina, sólo 8. No entenderían lo que eshaberte separado de tu único hermano, aún no entienden lo importante que es para uno la familia, los hermanos…
En ese mismo momento tomé la decisión de buscarlo, tal vez ese era el motivo por el que tanto anhelaba volver, no supe nada más de él a lo largo de todos estos años y pensé que él me había olvidado y si no me buscó, quizás no le interesaba.
A la mañana siguiente, bien temprano, fui alugares que recordaba que a él le gustaban mucho; llegué hasta el almacén de don Rosendo, su nieto me dijo que él no trabajaba más porque casi no veía, pero que si quería pasar, estaba en el patio, y ahí lo encontré, muy viejito, en su sillón, debajo del árbol de pomelo al que tantas veces trepamos, me acerqué, le tomé las manos y le dije quién era yo, don Rosendo no lo podía creer, enseguida se...
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