Gerencia parroquial

La Gerencia Parroquial
Capitulo I- La Realidad
I.I Puebla
I.II Santo Domingo
I.III Aparecida
Capitulo II Conceptos
Gerencia
Parroquia
Capitulo III Gerencia Parroquial

Introducción

Planteamiento de la realidad
A los 44 años del Concilio Ecuménico Vaticano II la Iglesia Católica se encuentra todavía respondiendo al llamado de renovación total de su imagen ante la humanidad.

LaIglesia es llamada a ser “un germen muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano”[1], es decir, a ser “sacramento universal de salvación”[2]. Uno de los elementos esenciales de la ejecución de esta misión eclesial está contenido en la estructura parroquial. La parroquia es prevista como la adaptación de la Iglesia Universal a una realidad o porción determinada de lasociedad, estructurada de tal manera que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando en Jesús.

El Concilio nos ha llevado a un abrir las puertas al mundo, (empezando por las de nuestras parroquias y su funcionamiento), y a quitarle a este la mano condenatoria, para más bien asumir una postura de luz y fermento, pues en él está destinada a ser ejemplo de estructuras y organizaciónintegral. Tenemos que ser reflejo de la presencia de Dios para el mundo en que vivimos, al que no pertenecemos pero en el cual existimos como administradores integrales de toda realidad humana.

Poco a poco se ha ido dando respuesta a este reto. De manera que han ocurrido numerosos cambios internos en el funcionamiento práctico y la realización de comunidades cristianas evangélicamente “conlos pies en la tierra”.

Experiencia eclesial
He aquí las experiencias de reflexión de la Iglesia de Latinoamérica y del Caribe, para que nos iluminen sobre la realidad de las parroquias de nuestra parte del continente. Partimos del documento de Puebla (1979), luego Santo Domingo (1992) y por último Aparecida (2007).

Puebla
Puebla nos presenta la situación en torno al contexto parroquial conel cometido de fomentar la participación de los laicos de manera que se respeten los distintos roles de: sacerdotes, religiosos y laicos[3]. Ante la autosuficiencia del clero se vislumbra el individualismo pastoral y se intenta poner remedio a esto[4], los laicos también tienen derecho, por su bautismo, de ser parte en la gerencia espiritual y material de la comunidad a la que pertenecen.

Enesta Conferencia Episcopal se hace notar el buen aporte por parte de las Comunidades Eclesiales de Base, ya que favorecen una interrelación personal, potenciando el acompañamiento de fe y reflexión a la luz del Evangelio, en busca de soluciones integrales a sus realidades:

“… (La) expresión eclesial se advierte más en la periferia de las grandes ciudades y en el campo. Son ambientes propiciospara el surgimiento de los nuevos servicios laicales. En ellos se ha difundido mucho la catequesis familiar y la educación de la fe de los adultos, en formas más adecuadas al pueblo sencillo.”[5]

Destaca además que no se ha prestado la atención adecuada a la formación de educadores en la fe y de cristianos comprometidos en el mundo obrero y campesino (evidenciando de esta manera que lasparroquias no cumplían del todo en su cometido). Esto lleva a que comunidades dirigidas por laicos radicales pierdan el sentido eclesial.[6]
Marca como razones que obstaculizan el dinamismo de renovación eclesial las siguientes:
Primacía de lo administrativo sobre lo pastoral.
Rutina.
Falta de preparación a los sacramentos.
Autoritarismo de algunos sacerdotes.
Encerramiento de la parroquia sobre símisma, sin mirar a las graves urgencias apostólicas del conjunto. [7]
Santo Domingo
Respecto a la parroquia, en el documento de Santo Domingo (1992), se nos plantea la carencia de agentes calificados de pastoral. Esto como fruto de una lenta renovación en la participación de los laicos.[8] Marca una urgencia por dar pasos en la comunión y participación que se ve obstaculizada por la falta de...